S
eñor Presidente,
Deseo agradecerle vivamente su amable acogida y la que el pueblo del Perú ha tenido la gentileza de dispensarme en estos días.
Hace mucho tiempo que tenía el ferviente deseo de poder volver a Perú, después de la visita que el Rey y yo hicimos a este gran país en 1978.
Este viaje me ha permitido también visitar el Ecuador, poco tiempo después de que los pueblos hermanos de los dos países hayan alcanzado la paz y la reconciliación, y puedan así mirar ahora al futuro con seguridad y optimismo.
He tenido ocasión, en estos días, de visitar a las mujeres de Huanoquite, en la provincia de Paruro, y a los agricultores y ganaderos del Valle del Colca, y compartir con ellos sus vivencias y sus esperanzas, junto con los cooperantes españoles que trabajan solidariamente en el Perú desde hace tantos años.
Y, por supuesto, he tenido también ocasión de volver a visitar el Cuzco y Machu Picchu, cuna de una de las más extraordinarias civilizaciones de América.
Hoy, en Lima, y mañana antes de concluir mi viaje, tendré ocasión de admirar nuevamente las maravillas de esta gran ciudad, una de las más bellas y atractivas de este continente y de ver con satisfacción que los peruanos se aprestan a entrar en el nuevo siglo unidos y solidarios para afrontar con éxito los desafíos del futuro.
Gracias, Señor Presidente, por todo ello y por el apoyo que hemos recibido de su parte para la realización de este viaje. Quisiera brindar por su ventura personal y por la de su familia, y por el bienestar y la prosperidad de todo el pueblo del Perú.