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or segundo año consecutivo la Fundación Caja Madrid nos convoca al Acto de entrega de las becas que concede para cursar estudios de postgrado en el extranjero.Y al igual que hicimos la vez pasada la Princesa y yo acudimos con enorme agrado, pues concedemos la mayor importancia a toda actividad dirigida a facilitar un complemento formativo de excelencia a nuestros jóvenes, que además les permita ampliar sus horizontes fuera de nuestras fronteras como una experiencia vital de extraordinaria importancia, como ha dicho el Director de la Academia, para comprender mejor el mundo que nos rodea y desenvolverse con mayor soltura en esta sociedad global en la que nos movemos cada día con más intensidad. Venimos también con la voluntad de mostrar nuestro apoyo explícito a un programa que cumple ya su séptima convocatoria y que, de año en año -como nos ha descrito el Presidente de la Fundación-, ha ido perfeccionándose y mejorando su oferta en cantidad y calidad.Celebramos este Acto en La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; una institución con mucha historia y prestigio con la que La Fundación Caja Madrid tiene, por su intensa actividad cultural, una estrecha relación. Se trata de una muestra más de la colaboración que preside el trabajo de instituciones que aportan tanto al enriquecimiento y dinamización cultural de España.Una España que ha experimentado desde el último cuarto del siglo pasado, y muy especialmente en las dos últimas décadas -desde nuestra adhesión a la hoy Unión Europea- un desarrollo económico, social y cultural como nunca antes en nuestra historia moderna. Se han modificado drásticamente los estándares de bienestar, los hábitos socioculturales, los niveles formativos, el abanico de oportunidades que se abre ante cada uno, pero también los niveles de exigencia que la propia dinámica social y económica impone y que condicionan tanto la orientación profesional de cada individuo, como las posibilidades de éxito en su carrera.El entorno en que nos movemos es global y por lo tanto competitivo, de manera que los instrumentos que nos servían hace unos años para ganar o defender posiciones de vanguardia no son hoy adecuados para situarnos o para mantenernos en ellas.En el mundo globalizado en que vivimos, en esta sociedad del conocimiento, de base fuertemente tecnológica, es necesario ir más allá de ese patrón de comportamiento menos exigente en el que, en un entorno diferente, podíamos movernos con mayor o menor comodidad en el pasado.Como Nación, España no puede permitirse desviaciones significativas respecto a los países de nuestro entorno en las áreas que son determinantes para el progreso de las sociedades, entre las cuales la formación del capital humano tiene una relevancia muy especial.Paralelamente, los españoles sabemos que sólo una formación a tono con los conocimientos complejos de un mundo complejo, sólida y a la vez constantemente actualizada, nos permitirá aspirar con posibilidades de éxito a ese nivel de excelencia que debe ser nuestra meta.Invertir en formación, y particularmente en formación superior, es el camino más seguro para no perder el tren del progreso. Existe una gran demanda de estudios superiores; el porcentaje de estudiantes universitarios sobre el total de estudiantes estaba, según datos de 2003, cinco puntos por encima de la media de los países de la Unión Europea. Debemos felicitarnos del esfuerzo llevado a cabo en España en los últimos años para potenciar el acceso a los estudios universitarios de un número cada vez mayor de personas. Por otro lado, los datos de alumnos matriculados y graduados de doctorado, cuya función principal es la formación de investigadores, muestran también crecimientos esperanzadores.Preparar a los jóvenes para ganar la batalla de la competitividad estimulando en ellos la creatividad, la capacidad de innovación y el uso de las tecnologías más avanzadas, es la dirección correcta para encaminar adecuadamente el futuro de España. Cuantos recursos se destinen a ello serán siempre pocos.Por eso es tan importante la labor que llevan a cabo las entidades privadas para complementar el esfuerzo público en este terreno de la formación de excelencia. El Presidente de la Fundación Caja Madrid nos ha descrito las características de esta última convocatoria de becas de la entidad que, fiel a sus orígenes y a su vocación de servicio a la sociedad, quiere ayudar a quienes desean ser los mejor preparados, para que sus aspiraciones puedan colmarse.Para llegar a ser los mejores, el primer requisito es desearlo, buscarlo, esforzarse por ello. Sé que esa es la tesitura en que os encontráis todos y cada uno de vosotros. Buscáis satisfacer vuestras inquietudes intelectuales, mejorar vuestros conocimientos, perfeccionar vuestra práctica, contrastar lo que sabéis con los que saben más, aprender de quienes os pueden enseñar caminos nuevos. En los destinos a los que os dirigís, esperáis perfeccionaros en la especialidad de vuestra elección y al mismo tiempo encontrar ese valor añadido a vuestra formación que os capacite para afrontar con mejores condiciones el siempre difícil y competitivo mercado laboral.La formación adicional especializada que vais a recibir en vuestros estudios de postgrado o en la tarea investigadora que vais a desarrollar, es también un valor social. La sociedad espera de vosotros que sepáis verter en su beneficio los conocimientos adquiridos, contribuyendo así a su progreso, de manera destacada, desde vuestra condición de adelantados del conocimiento.Por ello, tener la oportunidad de seguir estudios de postgrado en algunas de las Universidades y Centros Superiores más importantes de Europa y Estados Unidos es un privilegio y, a la vez, una gran responsabilidad. Más allá de aprovechar debidamente las enseñanzas que recibáis, haciendo así honor a quienes han depositado en vosotros su confianza andndash;es decir, los centros que os acogen y la Fundación que os otorga la beca-, es importante que seáis conscientes de que vuestra oportunidad es el fruto del esfuerzo acumulado de mucha gente, tanto en el seno de vuestras familias como en la sociedad en general. Ese esfuerzo de generosidad deberéis hacerlo vuestro para transmitirlo, a los que vendrán después de vosotros con el bagaje añadido que os ha proporcionado la beca que ahora vais a disfrutar.Finalmente, quiero felicitaros con gran entusiasmo y sincero afecto por haberos hecho merecedores de una beca reservada a los mejores, y transmitiros nuestro deseo de que sepáis extraer los mayores frutos de los estudios que vais a emprender. Felicitamos también a la Fundación Caja Madrid por su apoyo continuo y decidido a la cultura y la educación. Estas becas que hoy hemos entregado son un elocuente ejemplo de esa política que merece la gratitud y el reconocimiento de toda la sociedad.Muchas gracias.