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uy buenos días,
La apertura del curso académico universitario es siempre una ocasión solemne que nos invita ineludiblemente a reflexionar sobre aspectos fundamentales de nuestro presente y de nuestro futuro como sociedad. Esto es así porque la formación en su sentido más amplio, y la Universidad -o educación superior- como su máxima expresión, son vitales para el progreso de un país moderno como el nuestro.
Por ello me siento honrado y me alegra profundamente volver a participar en este acto, en esta liturgia académica e institucional que cada año viaja a un lugar distinto de España. Además, así tengo la fortuna de volver en pocas semanas a la preciosa ciudad de Santander, y de ser recibido nuevamente con afecto y generosidad por su comunidad universitaria; entonces en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo para el XXV Encuentro de las Telecomunicaciones y hoy en la Universidad de Cantabria.
Gracias de corazón por vuestra acogida y felicidades, de verdad, a todos los que formáis parte de esta institución por haber sido elegidos para representar en este acto a toda la universidad española. Una elección que rinde tributo a los objetivos de servicio a la sociedad y de excelencia académica que desde sus comienzos se impuso esta Universidad.
La tierra y el nombre de Cantabria nos evocan tiempos y episodios memorables de la historia de nuestra gran Nación, y también nos hacen recordar a hombres y mujeres ilustres, científicos y humanistas, que se caracterizaron por su iniciativa, creatividad y espíritu emprendedor. Hoy ellos son ejemplo y estímulo para nuestros estudiantes en toda España, y en otros lugares de Europa y el mundo. Permitidme recordar por ello algunos nombres como el de nuestra gran literata Concha Espina, o el del inventor, ingeniero y matemático Leonardo Torres Quevedo que tan extraordinarias aportaciones realizó en el campo de la aerostática y los transbordadores.
Señoras y Señores,
La Universidad forma en saberes y en valores. Crea profesionales especializados en todas las ramas del conocimiento, artífices insustituibles del tejido productivo que impulsa la economía favoreciendo la creación de empleo y el mayor bienestar social. Al mismo tiempo la Universidad contribuye?o debe contribuir- a hacer de esos profesionales ciudadanos responsables y solidarios con los demás, empeñados en el progreso del conjunto de la colectividad, no solo en elámbito material sino también en un plano cívico e inclusoético. Se dice por ello que la Universidad es una institución integral que constituye un reflejo de la sociedad a la que sirve y de la que forma parte.
España cuenta con Universidades espléndidas, comprometidas con su entorno y abiertas al mundo, que atesoran una larga y fructífera tradición y son al mismo tiempo fuente e impulso de innovación. Es importante saber que los científicos y las Universidades ocupan un lugar de gran estima en la opinión de los españoles, lo cual nos reconforta, pero debemos continuar esforzándonos para que sus resultados y por tanto su reconocimiento crezcan sin cesar, tanto internamente como a escala internacional, donde quizás requiera un mayor impulso.
Como es bien sabido nuestro sistema universitario está plenamente involucrado en el proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior. En este terreno se ha producido una ampliación notable de la funcionalidad social de la institución universitaria en la que se formaíntegramente a las personas, se ejerce la docencia, se desarrolla la investigación, se promueve la transferencia de conocimiento, y se facilita la empleabilidad y el espíritu emprendedor de los estudiantes. Consolidemos pues estos avances, profundizando en el desafío del crecimiento inteligente, sostenido e integrado, y considerando la educación como una contribución decisiva al progreso económico y social.
Como recordó Su Majestad el Rey en la pasada apertura de curso al referirse a nuestra educación universitaria,?Todos somos responsables de promover con rigor sus mejores virtudes, pero sobre todo de seguir paliando deficiencias y redoblando esfuerzos para elevar aún más su calidad?.
En este mismo sentido debemos continuar reforzando los factores que incidan en una incorporación más rápida y plena de nuestros jóvenes al mercado de trabajo, de forma que los conocimientos y habilidades adquiridos durante su etapa de formación superior puedan tener una pronta acogida en el sector productivo. Todos los esfuerzos que seamos capaces de sumar para resolver el lamentable desempleo juvenil son y serán siempre fundamentales.
La apertura del curso universitario, decía al principio, nos invita a reflexionar sobre cuestiones esenciales de nuestra convivencia, de nuestro bienestar, de nuestro porvenir. Por eso es este un buen momento también para proclamar alto y claro una vez más, como Heredero de la Corona, mi pleno apoyo a la comunidad universitaria que tanto hace por el progreso económico, la cohesión social y la proyección internacional de España.
Muchas gracias otra vez.