Buenos días y gracias por invitarme otra vez a compartir con vosotros este primer día del seminario que cada año organiza la Fundeu. Gracias a todos los que estáis detrás de esta Fundación del Español Urgente, a la Agencia Efe, al BBVA, a la Real Academia Española, al Instituto Cervantes, a la Fundación San Millán de la Cogolla y al Gobierno de la Rioja, que hoy nos acoge en este Monasterio de Yuso.
Hace unos años, pocos, el profesor Marina escribió esto:?cada palabra es una herramienta para hacer transitable la realidad?. YÁlex Grijelmo acaba de decirnos que la palabra puede ser un arma que daña o una herramienta que ayuda. Al hilo de estas reflexiones, podríamos pensar que con las palabras, con el lenguaje, se puede maquillar la realidad.¿Es esto lo que pretende el lenguaje políticamente correcto? Habrá quien conteste: sí, lo es. Sin embargo, otros dirán que la amabilidad, que el cuidado de las palabras, no están reñidos con el rigor, que al fin y al cabo es lo primero en el ejercicio de la profesión periodística.
"...En la profesión periodística nunca sobrarán el rigor y el respeto. Rigor para contar con propiedad y precisión lo que ocurre. Y respeto para no excluir a nadie y para tener siempre consideración hacia los demás..."
Vosotros responderéis aésta y a tantas otras preguntas que nos hacemos los que asistimos como espectadores a la realidad que relatan los medios de comunicación.¿El lenguaje políticamente correcto oculta esa realidad al utilizar eufemismos?¿O no debemos llamarlo eufemismos sino más bien tener sensibilidad lingüística?¿Si cambiamos las palabras, cambia la realidad?
Cuando lleguen las conclusiones, seguramente tengamos respuestas para algo tan complejo, algo que nos define como personas, y que es esa elección de palabras que todos hacemos para expresar lo que pensamos. En cualquier caso, en la profesión periodística nunca sobrarán el rigor y el respeto. Rigor para contar con propiedad y precisión lo que ocurre. Y respeto para no excluir a nadie y para tener siempre consideración hacia los demás.
Gracias a los que participáis en este seminario por vuestros desvelos, por cuidar las palabras y por buscar en el lenguaje lo que nos acerca y nos pone en el lugar del otro. Gracias.