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u Alteza Real la Infanta Doña Cristina presidió la inauguración de la de la exposición "The invention of Glory: Alfonso V and the Pastrana tapestries", donde estuvo acompañada por el embajador de España en Estados Unidos, Jorge Dezcallar y el director de la National Gallery of Art, Earl A. Powell III.
Esta muestra, que organiza la National Gallery of Art y la Fundación Carlos de Amberes, reúne los cuatros monumentales tapices que reflejan la conquista de las plazas norteafricanas de Arcila y Tánger por el Rey Alfonso V de Portugal. Por su extraordinaria calidad y estilo, los expertos afirman que fueron realizados, entre 1475 y 1480, bajo la dirección de Passchier Grenier, el más prestigioso comerciante de tapices de Tournai en laépoca.
Los cuatro tapices de Pastrana viajan por primera vez a Estados Unidos, tras haber recuperado su esplendor en la Manufactura De Wit (Malinas, Bélgica), y sido admirados por más de 150.000 personas en los Musées Royaux d'Art et d'Histoire de Bruselas, el Palacio del Infantado de Guadalajara, el Museo de Santa Cruz de Toledo, el Museo de Arte Antiga de Lisboa, y la Fundación Carlos de Amberes en Madrid. Esta institución española, cuyo fin fundacional es fomentar los vínculos entre España y las antiguas diecisiete provincias de Flandes, ha recibido uno de los Premios Europa Nostra 2011 por el proyecto de conservación y difusión de los tapices de Pastrana.
Tras su paso por la National Gallery of Art, donde podrán ser contemplados hasta el 8 de enero de 2012, los tapices se expondrán en el Meadows Museum de Dallas del 5 de febrero al 5 de mayo de 2012.
Vencedores y vencidos quedan reflejados en actitudes ajenas al triunfalismo o a la humillación, sin exasperaciones ni merma de la dignidad. Es una incógnita quién hizo el costoso encargo, ni cómo llegaron a España. Podrían haber sido tomados como botín tras la derrota de Alfonso V en la Batalla de Toro, o regalados personalmente por el monarca luso al Cardenal Mendoza, valedor de Juana la Beltraneja, esposa de Alfonso V.
Después de ser propiedad de la familia Mendoza, llegaron a la Colegiata de Pastrana en el siglo XVII, cuando la heredera de los estados y título ducal del Infantado, doña Catalina Gómez de Sandoval y Mendoza, se casó con el cuarto Duque D. Rodrigo Silva. Al no disponer en el palacio de suficiente espacio para colgarlos, el matrimonio los legó a la Colegiata de Pastrana con la condición de que se sacaran cada año a las calles con motivo de la procesión del Corpus Christi. Este deseo se cumplió hasta laépoca de la Segunda República.
En los años treinta, los paños, que se encontraban en la Fábrica Nacional de Tapices (actual Real Fábrica de Tapices) para su restauración, fueron trasladados a Ginebra junto con otras importantes obras del Patrimonio español (la colección del Museo del Prado, los tapices de las Descalzas Reales de Madrid), donde se mantuvieron a salvo durante la Guerra Civil. En 1950 fueron devueltos a Pastrana. Allí estuvieron expuestos hasta su redescubrimiento por la Fundación Carlos de Amberes y allí volverán tras su gira americana, una vez acondicionadas las instalaciones de la Colegiata de Pastrana.