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ocas ciudades pueden personificar mejor que Toledo el respeto y la tolerancia como norma común de comportamiento.
Con la entrada de Alfonso VI en esta ciudad, hace más de novecientos años, sus habitantes musulmanes, judíos y cristianos iniciaban una experiencia única en la historia universal.
Los hombres y mujeres de las tres religiones comenzaban entonces un ejercicio de convivencia que alcanzaría sus más altas cotas con aquel gran rey nacido en Toledo, Alfonso X, bajo cuyo gobierno florecieron, en un ejemplar clima de tolerancia, la cultura y el mecenazgo del saber y de las ciencias.
Con la finalidad de conservar vivo este admirable legado histórico y cultural, el Ayuntamiento de Toledo ha tenido la iniciativa de crear el Premio Internacional «Alfonso X el Sabio». Un premio que aspira a distinguir a aquellas personas o instituciones que destaquen por su contribución al desarrollo de la convivencia y la tolerancia.
En esta primera edición, se ha reconocido la labor desarrollada por don Adolfo Suárez González, Duque de Suárez, durante los años en que ostentó la presidencia del Gobierno y que ya forman parte destacada de la moderna historia de España.
Fueron años de apuesta colectiva por la libertad, por la normalización de las relaciones entre todos los españoles, por la superación de viejas heridas, por la consolidación de un Estado de derecho en el que todos tuviésemos amparo y en el que el respeto a la dignidad de la persona fuese el principio básico de la convivencia. Fueron años en que el pueblo español dio testimonio de su madurez, respondiendo a la demanda de esfuerzo para consolidar el progreso de la patria.
Adolfo Suárez fue la persona en quien recayó la noble obligación de dirigir estos pasos. El tuvo la inteligencia, la generosidad y la gallardía de solicitar de todos ese apoyo, con sinceridad y convicción, sin excluir a nadie.
El diploma que acabamos de entregarle resume acertadamente los méritos que contrajo, "por su labor de concordia y desarrollo del diálogo, consolidando las libertades y la convivencia, y superando las diferencias ideológicas entre los españoles".
La Reina y yo queremos felicitar, con todo nuestro afecto, al galardonado y desear, por último, una larga y fructífera vida al Premio Internacional Alfonso X el Sabio con la seguridad de que contribuirá a mantener vivo el espíritu del Toledo medieval al que antes me he referido y transmitir los valores de respeto a la diversidad, convivencia y tolerancia a las nuevas generaciones.