M
uchas gracias, Señor Primer Ministro, por vuestras amables palabras y por la acogida que Grecia nos ha dedicado.
Las recibimos como muestra de los sentimientos de amistad y respeto mutuo que unen a nuestros pueblos, y correspondemos a ellas con nuestro afecto.
En este marco singular, testigo de tantos encuentros que han proyectado la imagen de Grecia hacia el exterior, me alegro de reiterar que esta visita pretende ante todo intensificar unas relaciones que hunden sus raíces en el pasado que compartimos, y se proyectan con los mejores augurios hacia el futuro.
Nuestros dos países están especialmente vinculados por el esfuerzo con que han conseguido afianzar los principios democráticos y los derechos y libertades fundamentales de sus ciudadanos, abriéndoles un horizonte de bienestar y prosperidad, al que puedan incorporarse las nuevas generaciones a quienes toca continuarlo y completarlo.
Por su situación geográfica y su proceso de desarrollo, Grecia es en este aspecto un modelo y un ejemplo para las nuevas democracias del Sudeste europeo, a las que indica el camino hacia la plena realización de los valores de los que se han visto privados en los últimos decenios, y para el cumplimiento de sus expectativas económicas y sociales.
Esta misión tiene especial importancia en el contexto del proyecto europeo, con el que Grecia y España están decididamente comprometidas. No sólo a través de la unión económica y monetaria, sino mediante el avance progresivo de todos sus miembros hacia una comunidad de intereses y propósitos, a la que tengan también acceso, a través de una ampliación armónica, otros países de nuestro continente que desean pertenecer a ella.
Nuestro compromiso es también igual de firme en el diseño de una nueva arquitectura de seguridad para Europa y particularmente en la ampliación de la Alianza Atlántica.
Nuestras naciones tienen desde antiguo un lugar propio en el Mediterráneo, fuente permanente de contactos humanos, culturales y comerciales que encierran un enorme potencial de entendimiento.
Al amparo de este patrimonio común queremos levantar nuestros proyectos de cooperación mutua, que han comenzado a concretarse a nivel gubernamental en áreas tan variadas como las de Agricultura, Administraciones Públicas, Cultura y Fuerzas Armadas, y que estoy seguro recibirán nuevo y decisivo impulso cuando puedan materializarse su visita, Señor Primer Ministro, a España, que deseamos sea pronto, y la del Presidente del Gobierno español a Grecia.
La historia mediterránea ha sido siempre, y sigue siendo en nuestros días, nudo de relaciones económicas que han impulsado el desarrollo de sus países y pueblos ribereños.
En este marco se sitúa la reciente creación del Consejo de Empresarios Griegos y Españoles, a la que damos gran importancia como foro de cooperación e intercambio de experiencias de gran utilidad mutua, dado el papel relevante que tienen sus compatriotas en el mundo del comercio y los negocios y la creciente presencia del empresariado español en el escenario económico internacional.
Animamos también, como no podía ser menos en esta tierra que a ello nos invita, proyectos ambiciosos de carácter cultural. Entre ellos destaca el proyecto de creación del Instituto Arqueológico de España en Atenas, símbolo de una vinculación con vuestro país que deseamos profundizar y acrecentar.
Agradecemos también a las autoridades griegas su apoyo a la labor del Instituto Cervantes, que responde al creciente interés que suscita entre ustedes nuestro idioma, y que esperamos adquiera más alto vuelo cuando inicie sus tareas el Departamento de español de la Universidad de Corfú.
Asumió usted su cargo, Señor Primer Ministro, en momentos muy difíciles, y aceptó el desafío de llevar adelante, junto con su Gobierno, la actualización de las potencialidades políticas, económicas y sociales de Grecia, en beneficio de su pueblo y de su integración en el concierto europeo.
Sus cualidades personales y el valor con que realiza sus propósitos son la mejor garantía del éxito que sinceramente le deseamos, y de una nueva etapa de colaboración entre nuestros dos pueblos, que será sin duda el fruto principal de esta visita, para nosotros tan grata.
Con esta esperanza levanto mi copa y expreso mis mejores votos hacia el porvenir de este país y por vuestra ventura personal y la de la señora de Simitis.