ras llegar al Palacio Real, Sus Majestades los Reyes se dirigieron a la Saleta de Gasparini, donde recibieron el saludo de los invitados al almuerzo, entre los que se encontraban el Premio Cervantes 2009, José Emilio Pacheco, su esposa, Cristina Romo, la ministra de Cultura,Ángeles González-Sinde, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, autoridades, académicos, editores y escritores.
Antes de comenzar el almuerzo, celebrado en el Comedor de Gala, Don Juan Carlos pronunció unas palabras, en las que reiteró su "más profundo sentimiento de pesar, al que se unen la Reina y toda mi Familia, por el fallecimiento de Don Juan Antonio Samaranch. Barcelona, Cataluña y el resto de España han perdido a uno de sus hijos de mayor proyección universal. Un gran español, promotor ejemplar de los valores olímpicos y del entendimiento entre los pueblos, cuya estrecha amistad, firme lealtad a la Corona, y permanente servicio a España nunca podremos olvidar".
El Rey recordó luego unas palabras del poeta mexicano José Emilio Pacheco, que recibirá mañana el Premio Cervantes, en las que manifestaba: "A semejanza de la comida, la poesía es una serie infinita de apropiaciones e intercambios. Nada es de nadie porque todo es de todos. Un poema pertenece a quien tenga la voluntad de hacerlo suyo". Su Majestad afirmó que "con su estilo coloquial y antirretórico, Don José Emilio ha convertido la poesía en un acto de resistencia contra la acción del tiempo y, a la vez, en una celebración".
Concluyó Don Juan Carlos señalando que "este almuerzo quiere ser un acto de "alta fidelidad" a esa amistad que, más allá de diferencias personales, hermana a cuantos -escritores, críticos, filólogos, editores, periodistas culturales, libreros- os afanáis en servir con ilusión y esfuerzo a la palabra que nos hace libres y es base indispensable de una ciudadanía libre y del verdadero progreso social. Con este espíritu, levanto mi copa para brindar de corazón por todos los presentes y por nuestras Letras".