el 4 al 9 de octubre se celebra en Madrid la Conferencia Anual de la International Bar Association (IBA). Esta institución es la mayor organización mundial de abogados, asociaciones y colegios de la abogacía, ya que reúne a más de 30.000 profesionales y 200 asociaciones de los cinco continentes, y tiene gran influencia sobre el desarrollo de las reformas de las leyes internacionales, además de señalar el futuro de la profesión a nivel mundial.
Este encuentro reúne cerca de 5.000 delegados de 127 países -la más alta representación alcanzada en estas citas anuales-, para tratar principalmente la actual crisis económica y las consiguientes nuevas regulaciones financieras implementadas en el mundo.
A su llegada al Palacio Municipal de Congresos, Don Juan Carlos fue recibido por el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, el presidente de la International Bar Association (IBA), Fernando Peláez, el presidente del Consejo General de la Abogacía Española y copresidente del Comité Organizador de la Conferencia Anual de la IBA, Carlos Carnicer, el copresidente del Comité Organizador de la Conferencia Anual de la IBA y ex presidente de la IBA, Fernando Pombo.
Seguidamente, el Rey fue saludado por el vicepresidente de la IBA, Akira Kawamura, el jefe de División de Práctica Jurídica de la IBA, Hendrik Haag, el jefe de División de Interés Público y Profesional de la IBA, Robert A. Stein, el director ejecutivo de la IBA, Mark Ellis, el editor de la sección internacional del diario Financial Times y conferenciante en el sesión inaugural, Quentin Peel, el secretario general de la Fundación Príncipe de Asturias, Juan Luis Iglesias, y el secretario general del Consejo General de la Abogacía Española y coordinador del Comité Organizador de la Conferencia Anual de la IBA, Joaquín García-Romanillos.
Tras acceder Su Majestad al Auditorio A y ocupar su lugar en la mesa presidencial, la secretaria del Comité Organizador y directora corporativa del Despacho Pérez-Llorca, Constanza Vergara, actuando como maestra de ceremonias, abrió la sesión y anunció las intervenciones del presidente del Consejo General de la Abogacía Española, del copresidente del Comité Organizador de la Conferencia Anual de la IBA, del Sr. Quentin Peel -quien pronunció la conferencia "Towards a new international order: the geopolitics of the global recession", del jefe de División de Práctica Jurídica de la IBA, del jefe de División de Interés Público y Profesional de la IBA, del presidente de la IBA y del ministro de Justicia.
Don Juan Carlos puso fin a la sesión con su discurso, en el que destacó que la abogacía "una de las profesiones más importantes para la defensa de los derechos y libertades del ser humano, así como para la convivencia pacífica y armoniosa de toda sociedad. Una profesión nacida al servicio del hombre y de ese bien supremo, individual y colectivo, que es la Justicia".
El Rey subrayó la importancia de esta Conferencia Anual y puso de relieve a los asistentes que la España que les recibe "es un país moderno, dinámico y abierto, orgulloso de sus aportaciones al Derecho, que ha generado grandes figuras de talla universal en el campo de las ciencias jurídicas y que cuenta con una tradición histórica de prestigiosos profesionales de la abogacía". Su Majestad recordó que nuestro país "cuenta con un moderno marco constitucional, garante del ejercicio de la abogacía, y con un elevado número de excelentes profesionales del Derecho cada vez más activos en otros países del mundo, y que ven reconocida su valía más allá de nuestras fronteras. La Constitución española de 1978 reconoce la profesión de abogado y la menciona en distintos preceptos al referirse al derecho constitucional a la defensa y a la asistencia letrada. Se reconoce así el papel esencial de los abogados para la Administración de la Justicia, desde el amparo a su libertad e independencia".
Antes de concluir su discurso, Su Majestad deseó a la Conferencia "muchoséxitos en sus trabajos. Unos trabajos que adquieren creciente importancia en un mundo globalizado en el que los acuerdos, las transacciones y los litigios trascienden las fronteras nacionales. De ahí la importancia de impulsar, al servicio del mejor funcionamiento de la Justicia y de la protección de los derechos y libertades del ser humano, el mayor conocimiento y cooperación entre los profesionales de la abogacía a escala internacional".