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uiero que mis primeras palabras en este acto sean para unirme de corazón al inmenso dolor que a todos nos embarga ante los brutales atentados perpetrados en Madrid la semana pasada.
Deseo con este motivo reiterar mi profundo pesar y apoyo a los familiares y amigos de sus víctimas, y mis mejores deseos de recuperación para todos los heridos en este crimen abominable.
Estoy segura de que el doloroso sacrificio de tantos inocentes, y la solidaridad generosa con la que el pueblo español ha acudido a socorrerles, redoblaran nuestro firme compromiso de seguir luchando todos unidos contra el terrorismo.
Recojo con respeto el testimonio de vuestras hondas convicciones, siempre vigentes en las grandes ocasiones, y continuamente actualizadas para alumbrar tiempos nuevos y caminos de progreso.
El acto que hoy nos reúne tiene un peso específico en el calendario de la Junta de Castilla y León. Lo celebramos en este Auditorio, ejemplo de recuperación de su patrimonio cultural y que aúna el símbolo de la tradición histórica y de la vitalidad actual de Ávila.
Casa de todos los abulenses que lo frecuentan y a quienes propone un amplio abanico de oportunidades, y los medios para alcanzarlas y aprovecharlas.
El Premio que hoy entregamos, y al que me honro en dar mi nombre, es índice señero de esta mentalidad. Por estar dedicado a la Economía, pieza esencial de nuestro horizonte contemporáneo, y en particular a sus efectos sociales.
Un acento que define en especial la figura y la obra de Rafael Termes, ganador de esta edición, de cuyos méritos, tan conocidos, creo que es justo destacar en esta ocasión tres facetas principales.
La de impulsor de prestigiosas instituciones docentes como el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa; la de destacado profesional en el sector de la Banca privada, cuya Asociación ha presidido en años cruciales de su desarrollo; y la de creador de iniciativas sociales dirigidas al desarrollo humano y profesional de estudiantes y graduados.
Tan completa trayectoria, rubricada con su condición de académico de las Reales de Ciencias Económicas y Financieras, y Ciencias Morales y Políticas, se enriquece en su caso con una especial atención a los aspectos antropológicos y éticos de las realidades económicas y financieras, que las encaminan hacia soluciones de solidaridad, promoción de empleo y desarrollo sostenible.
Mi enhorabuena muy sincera a Rafael Termes por este galardón, que completa los muchos que ya ha recibido por su indudable cualificación humana y profesional, su decidida asunción de una clara escala de valores, y su confianza en las potencialidades de la libertad personal.
Estas son sus lecciones esenciales, que son referencias necesarias para reafirmar nuestras convicciones, a la vez que ayudan a forjar actitudes coherentes con las que asumir la tarea que a cada uno toca cumplir, y las responsabilidades que todos tenemos para con nuestros conciudadanos.
Concluyo extendiendo esta felicitación al jurado de este Premio, y manifestando mi reconocimiento a la Junta de Castilla y León y patrocinadores de este Premio, que han conseguido consolidar, año tras año, el marco de un merecido reconocimiento a cuantos contribuyen a mejorar nuestra sociedad.
A todos les aliento a seguir perseverando en este empeño tan honroso.
Muchas gracias.