M
ajestades,
Muchas gracias por Vuestra acogida y por tan amables palabras, que ponen de relieve el largo y fructífero camino recorrido por la amistad hispano-japonesa, así como el afecto demostrado desde hace tantos años por Vuestras Majestades hacia España y nuestras personas.
Me llena de gran alegría encontrarme nuevamente en Japón junto a la Reina, cuando se cumplen veintitrés años de Vuestro Viaje de Estado a España, y veintiocho años de nuestra primera Visita de Estado a este gran país.
La invitación con la que nos honran Vuestras Majestades y que tanto agradecemos, nos permite reafirmar la amistad personal que nos une, así como retomar contacto con esta bella tierra que conocimos en 1962 y que siempre nos ha recibido con generosidad.
Dentro de dos días se cumplirán ciento cuarenta años de la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, entre nuestros dos países, dos antiguas Naciones con lazos que se han ido fortaleciendo a lo largo de la Historia.
También nuestra amistad personal se remonta a varias décadas. Habéis venido a España Majestad al menos cuatro veces, las mismas que la Reina y Yo hemos tenido hasta ahora la fortuna de venir a Japón.
Sobre esas bases, hoy volvemos animados por la firme voluntad de nuestros respectivos países de impulsar nuestras excelentes relaciones que atraviesan un momento que me atrevo a calificar de histórico, partiendo de un entendimiento creciente basado en valores compartidos.
Nos une una especial sintonía política en grandes asuntos internacionales: reducción de la pobreza, lucha antiterrorista, energía y cambio climático, no proliferación, entendimiento entre pueblos, culturas y religiones, o fortalecimiento del sistema internacional.
Estos y otros desafíos, ponen en evidencia los desequilibrios y carencias del mundo de hoy, que requieren un enfoque global.
Los mercados financieros nos plantean retos de alcance desconocido, que reclaman con urgencia una cooperación reforzada a escala regional e internacional.
Compartimos la necesidad de fortalecer un orden internacional más justo, defendiendo la paz, la seguridad, los derechos humanos y la legalidad internacional. Disponemos de una constante y eficaz coordinación sobre cuestiones de ámbito mundial y regional de interés común.
Y promovemos, a través del diálogo y de la diplomacia multilateral, la búsqueda de un desarrollo sostenible y equilibrado, amparado en valores democráticos, coherente con las posibilidades y necesidades de los distintos países.
De ahí, mi particular confianza en el trabajo conjunto de nuestros dos Estados, que alienta los oportunos consensos y compromisos en beneficio de la sociedad internacional.
Majestades,
En 2009 se cumplirán cuatrocientos años desde que España y Japón compartieron un primer atisbo de ?globalización?, al alcanzar unas naves ibéricas las orillas de esta parte del mundo.
Ya a mediados del siglo XVI, San Francisco Javier, conocido cariñosamente en Japón como ?Xavieru?, admiró al pueblo japonés, del que dijo que ?Nunca antes había conocido gentes tan laboriosas, sencillas y ordenadas.?
Desde entonces España estuvo unida con el Este asiático a través de los antiguos territorios de la Corona española en América, hoy países soberanos con los que mantenemos hondos lazos afectivos y de cooperación.
En efecto, desde Nueva España, el actual México, partió durante siglos la primera ruta trans-pacífica que se conoce y que tantos recuerdos ha dejado.
Entre ellos, el naufragio de uno de los buques que la cubría, el galeón ?San Francisco?, frente a las costas de Iwawada en 1609.
Gracias al apoyo japonés, pudo salvarse la práctica totalidad de la tripulación española y entraron en más estrecho contacto culturas, conocimientos, técnicas y modos de vida entonces muy distintos.
La antigua admiración de los españoles por Japón se ha extendido hoy a múltiples manifestaciones de Vuestra cultura, como la literatura, el diseño, el cine, la animación, o la gastronomía, así como a la calidad de vuestros productos.
Japón y España deben profundizar en el desarrollo de sus relaciones políticas, económicas, sociales y culturales y en el mejor conocimiento mutuo de sus respectivas realidades.
En el plano económico, intentamos reducir el desequilibrio comercial con Japón, al tiempo que promover las inversiones en ambos sentidos, como más eficaz instrumento para ensanchar nuestra cooperación.
También nos atrae Japón como paradigma de hasta qué punto la formación del capital humano y la I+D+i son los factores clave para asegurar, sobre todo ahora, el crecimiento de economías avanzadas como las nuestras.
Al mejor conocimiento recíproco contribuye también en nuestros días el actual aumento del turismo, sobre todo de Japón a España.
Por su parte, las humanidades y las artes han sido siempre clave para enriquecer nuestras relaciones. Por ello, mucho me alegra que durante esta Visita de Estado, podamos inaugurar la nueva sede del Instituto Cervantes en Tokio.
Será la mayor de toda la red de Centros del Instituto que España posee en el mundo, respondiendo así a la elevada demanda que en Japón suscita, tanto un idioma compartido por cerca de quinientos millones de personas, como las múltiples culturas que se expresan en español.
De igual modo, me alegra saber que el Gobierno de Japón se plantea la apertura en España de una oficina de la Fundación Japón.
Estoy seguro de que se concederán todas las facilidades posibles para que ambas Instituciones disfruten del mayor respaldo en su funcionamiento.
También nos satisface comprobar como el Foro España-Japón, que celebró en Galicia su última reunión, ha promovido -en sus once ediciones- el acercamiento entre nuestras respectivas sociedades.
El Foro ha abierto nuevos caminos a la colaboración, atendiendo a los intereses de muchos profesionales, empresarios, artistas, investigadores o estudiantes, cuya labor multiplica y estrecha nuestros lazos bilaterales.
Dentro de poco, España pondrá en marcha el Tercer Plan Asia-Pacífico, importante iniciativa, objeto de un amplio consenso, que se lanzó hace ocho años para asegurar la mayor presencia española en Asia y de Asia en nuestro país.
En este nuevo Plan, Japón se erige felizmente como uno de los ejes esenciales de nuestra política exterior hacia Asia y el Pacífico para los próximos cuatro años.
Majestades,
Hace tres años, los Príncipes de Asturias tuvieron la alegría de visitar la Exposición de Aichi en la que España dispuso de un destacado pabellón, fruto de una de las mayores inversiones culturales de nuestra Historia en un solo acontecimiento.
Mucho agradecieron, en particular, las amables atenciones que Vuestras Majestades les dispensaron.
Quiero expresaros también nuestra gratitud por la presencia de Su Alteza Imperial el Príncipe Naruhito en la Exposición Internacional de Zaragoza en julio pasado, realzando de forma notable el éxito del pabellón de Japón, que ha sido uno de los más emblemáticos y visitados.
Me satisface especialmente subrayar que el afecto que nos une se prolonga en la personas de nuestros Príncipes Herederos, firmes valedores del futuro desarrollo de nuestras relaciones.
Con la mirada puesta en ese futuro de mayor amistad y cooperación entre Japón y España, brindo por Vuestra ventura personal y la de toda la Familia Imperial, por la paz, la prosperidad y bienestar de la querida Nación japonesa.
Muchas gracias.