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e alegra poder dirigirme a ustedes, empresarios españoles y dominicanos, con ocasión de esta visita. Su presencia demuestra el elevado interés que existe actualmente en las relaciones económicas entre España y la República Dominicana. Es una realidad estimulante para todos y celebro verla reflejada aquí.
Durante los últimos tiempos, estas relaciones han experimentado un profundo cambio, tanto cualitativo como cuantitativo.
En España, la transformación económica y social que se ha operado durante los últimos años nos ha permitido aumentar nuestra presencia en el mundo como una sociedad más moderna, más proyectada hacia el futuro y, sobre todo, más emprendedora.
Los equilibrios económicos conseguidos y nuestra integración en la moneda única europea nos están permitiendo afrontar en condiciones más favorables el actual proceso de incremento de competencia en los mercados mundiales.
La República Dominicana, por su parte, ha experimentado durante los últimos años un crecimiento de su renta desconocido en los países de su entorno y ello acompañado de una envidiable estabilidad de precios.
Ambos países están recogiendo en las cifras de sus relaciones bilaterales esa bonanza en sus respectivas economías.
Las relaciones puramente comerciales están en su mejor momento histórico. La República Dominicana ha aumentado sensiblemente las importaciones de productos españoles, como consecuencia del gusto por lo español que tienen los dominicanos y ha emprendido con valentía la exportación al mercado español de sus productos tradicionales.
En España se ha producido también un cambio cualitativo que ha dado un giro a la tradicional forma de actuar de sus empresarios. Y ese cambio consiste en un notorio aumento de presencia en las inversiones directas.
En la economía actual ya no es posible avanzar más en las puras relaciones comerciales que, con ser importantes, no bastan. Se precisa de una presencia permanente con transferencia de factores de producción al país de destino. No sólo se exporta capital, sino que se exportan las formas y técnicas de producción de los bienes que anteriormente eran simple objeto de comercio.
Y en ese proceso, España y la República Dominicana son dos socios privilegiados.
España es hoy la primera economía inversora en la República Dominicana, como lo es en otros países de la zona. Merece especial mención la presencia española en el sector turístico. España ha pasado, en efecto, de ser simplemente un país receptor de turismo a ser un país emisor de importantes flujos internacionales de viajeros.
Sin embargo, las inversiones españolas hoy no se limitan a ese sector, sino que son relevantes en todos los ámbitos de la economía dominicana.
A eso ha contribuido la asunción de mayores riesgos por los agentes económicos españoles en el reciente proceso de capitalización dominicano.
La confianza de los empresarios españoles en el futuro de la economía dominicana ha dado un empuje espectacular a la presencia de la inversión española en este país, durante el proceso de saneamiento de las empresas públicas dominicanas que se produjo el pasado año.
La República Dominicana es hoy un socio privilegiado en estas relaciones económicas de inversión directa, que no pueden hacer sino mejorar. Y se deben intensificar los esfuerzos para que esta situación continúe.
Vemos desde España con gran satisfacción el proceso de mejora económica de la República Dominicana y sus empeños por integrarse en áreas comerciales más amplias. Hoy no es posible mantenerse aislado ni sustraerse a las corrientes de la economía mundial.
No puede olvidarse que las inversiones extranjeras en una economía como la dominicana no son sólo una mera fórmula de equilibrio financiero para la balanza de pagos, sino que inyectan técnicas modernas y modos de producción que la convierten en más competitiva. Es el proceso más suave y rápido de adquisición de eficiencia.
Sólo quiero añadir mi deseo de que tengan ustedes mucha suerte, con el convencimiento de que la fortuna pertenece al tesón de los hombres y que perseverar fervientemente en la consecución de un objetivo es un excelente aval para obtenerlo.