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Palabras de S.M. el Rey en la inauguración del III Foro La Toja-Vínculo Atlántico

Centro de Convenciones - Gran Hotel Eurostars La Toja. O Grove (Pontevedra), 29.09.2021

Como noutras tantas ocasions, moito me alegra volver a Galicia, a esta Terra tan querida. E agradezco as palabras do Presidente da Xunta, Sinto no meu corazón e valoro a acollida que sempre me ofrece Galicia, como hoxe no Concello do Grove.

Tamén, a ocasión creo que é moi importante.

Nos convoca esta tarde una nueva edición —la 3ª ya— del Foro La Toja-Vínculo Atlántico. He sido testigo y partícipe de su evolución, desde su comienzo hasta la actualidad. En este breve, pero a la vez muy intenso período de tiempo, ha demostrado ser un espacio privilegiado para el intercambio de ideas y para la reflexión profunda y serena, convirtiéndose así en un foro de referencia a nivel político y económico con una clara dimensión internacional.

Por unos días, la isla de La Toja concentra todo el interés al poner de relieve temas tan importantes en el mundo globalizado de nuestros días como el nuevo equilibrio geoestratégico, la digitalización, el futuro del empleo o el reto medioambiental, entre otros. De la edición del 2020 se extrajeron conclusiones muy valiosas y estoy convencido de que todas las sesiones que se realizarán hasta el viernes serán igualmente fructíferas.

La rapidez o aceleración de las transformaciones que, precisamente, se están sucediendo a nivel nacional e internacional en los ámbitos económico, social o político dan todo el sentido a la convocatoria de encuentros como este, donde la conversación y el debate ayudan a clarificar las tendencias actuales sobre la base de un conocimiento riguroso y desde una perspectiva también realista.

Acabamos de hacer entrega del I premio Foro La Toja a Ángel Gurría, y me alegro mucho de ello. Enhorabuena, querido Ángel. Has estado 15 años al frente de la OCDE —desde 2006 hasta hace escasos meses— aportando toda tu extraordinaria experiencia profesional y, sobre todo, tu compromiso personal en favor del mejor funcionamiento de una Comunidad Internacional que todos queremos más justa y equitativa. Además, has desempeñado tu mandato durante una etapa convulsa, pensemos en todo lo vivido a nivel mundial desde 2006, en la que has tenido que trabajar de manera incansable por el multilateralismo, tratando de contribuir al consenso en la agenda global.

Este premio —afirma el jurado— reconoce tu labor “en pro del esfuerzo y desarrollo de las democracias representativas y el vínculo atlántico”. Este galardón supone, pues, un paso más en la consolidación del Foro y también —por decirlo así— el inicio de una “comunidad de pensamiento” comprometida firmemente con el vínculo Atlántico y, como establecen las bases del Foro, con los valores democráticos y sociales que han definido a la sociedad occidental: libertad de comercio e inversión, multilateralismo y normas comunes, respeto a los derechos humanos, cooperación frente a confrontación…

"...Ahora podemos encarar con más optimismo —no exento de la obligada prudencia— el fin de la crisis provocada por la pandemia. Contamos además con el apoyo decidido de la UE, que ha sabido estar a la altura del reto planteado. Sabemos que la pandemia nos ha golpeado de manera desigual y por ello es preciso que en el momento de la recuperación seamos especialmente sensibles y atentos con quienes peor lo han pasado..."

Señoras y señores,
La sociedad o comunidad internacional está siendo testigo de numerosos cambios en el orden geopolítico global, caracterizado desde comienzos de este siglo por la aparición de nuevos actores, nuevos equilibrios de poder y nuevos escenarios que generan cada vez una mayor incertidumbre y una mayor dificultad o complejidad en la gobernanza en todos los niveles, que inevitablemente están tan interconectados. Por eso el aislacionismo no es una buena opción. Además, la pandemia de la COVID-19, con todas sus implicaciones y consecuencias, ha propiciado que muchas de esas transformaciones sucedan con más intensidad.

En este contexto, cuando se habla —los analistas— de la erosión del multilateralismo, del retorno de las tendencias proteccionistas, del poder de las técnicas de desinformación, de la volatilidad del orden internacional o del decaimiento de los valores tradicionales como fenómenos que están ocurriendo, es precisamente cuando más debemos hacer para defender la libertad y los valores que nos han permitido la democracia, cuando más hay que avanzar en la construcción de sociedades abiertas.

Lo conquistado en derechos y libertades, en seguridad, en convivencia y en oportunidades para todos, debe prevalecer frente a cualquier amenaza que pueda poner en riesgo lo que tanto costó alcanzar. No podemos permitir que se asiente una percepción accidental o coyuntural de esas conquistas. Todos somos parte y tenemos mucho que hacer para salir adelante.

Los nuevos tiempos que vivimos requieren, indudablemente, un reforzado y más eficaz enfoque multilateral. Y en este enfoque, el fortalecimiento del vínculo atlántico es esencial. Pero creo que aquí coincidimos en hablar de un atlantismo que entendemos como “integral”, un atlantismo que incorpora todas las dimensiones de este amplio espacio geopolítico. Por una parte, sin duda, la dimensión de seguridad que representa la Alianza Atlántica; y es oportuno señalarlo aquí de cara a la próxima cumbre de la OTAN, que tendrá lugar en Madrid en 2022 y en la que deberá definirse el nuevo “Concepto Estratégico” de la Organización.

Y hay muchas dimensiones más, como la especial atención que merece Iberoamérica como región fundamental en esta pugna por los valores y que creo es imprescindible. Por ello, España y Portugal jugamos un papel crucial en ambas direcciones. Nuestros lazos iberoamericanos y nuestra pertenencia a la UE nos obligan a ser proactivos en un diálogo fructífero que apoye y consolide instituciones democráticas y sociedades abiertas.

El espacio iberoamericano y sus Cumbres juegan y deben seguir jugando en favor de la integración entre nosotros y de la plena inserción de Iberoamérica como actor necesario a tener en cuenta en el nuevo orden geopolítico que está cristalizando en esta primera mitad del Siglo XXI. Con un papel democrático y de libertades, con un enfoque en lo económico y en la cooperación ─también científica─, y con una clara conciencia y visión de potencia cultural que puede ser mucho más determinante, si sabemos aprovechar bien las oportunidades en ese campo tan fértil.

Señoras y señores,
Es cierto que hay motivos de inquietud, pero también de esperanza. Cuando hace un año se celebró la 2ª edición del Foro La Toja, las vacunas contra la pandemia de la COVID-19 se encontraban en fase de desarrollo. En un tiempo récord la comunidad científica y la industria farmacéutica han sido capaces de producir esta esencial protección contra la pandemia. Las vacunas se han fabricado de forma masiva y se han aplicado, en España, de manera generalizada. Este es un buen ejemplo de la capacidad de nuestras sociedades para sobreponerse a las dificultades.

Ahora podemos encarar con más optimismo —no exento de la obligada prudencia— el fin de la crisis provocada por la pandemia. Contamos además con el apoyo decidido de la UE, que ha sabido estar a la altura del reto planteado. Sabemos que la pandemia nos ha golpeado de manera desigual y por ello es preciso que en el momento de la recuperación seamos especialmente sensibles y atentos con quienes peor lo han pasado.

De ahí la relevancia del Foro La Toja como foro que recoge también las preocupaciones y sensibilidades de la sociedad civil. Un foro de proyección indudablemente atlántica, desde Galicia, en el que se debaten las grandes cuestiones que nos conciernen a todos.
Un diálogo abierto y transversal entre expertos que, con toda seguridad, va a contribuir a la reflexión colectiva sobre la compleja combinación de desafíos que se plantean en la actualidad.
Y termino ya estas palabras animándoles a todos —como la “comunidad de pensamiento” que son y que aquí están construyendo— a perseverar en este ejercicio riguroso y comprometido de reflexión sobre las grandes cuestiones de nuestro tiempo, con el objetivo siempre de aportar conocimiento, claridad y certezas, desde la defensa de la libertad y la democracia.

Muchas gracias.

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