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asi un año después de que la Universidad de Alcalá nos abriera sus puertas a la Princesa y a mí durante nuestra visita oficial a la Ciudad, tengo hoy la grata oportunidad de volver a este lugar, cuna de saberes y estudios, donde el mundo hispano universal puede mirar con orgullo su pasado común, su herencia cultural, literaria y universitaria. Y me alegra mucho hacerlo cuando hace pocos días he sido padre por segunda vez, aunque eso implique venir sólo sin la Princesa.
Ella se une a mí para agradecerles de corazón sus afectuosas palabras de felicitación por el nacimiento de nuestra hija, la Infanta Sofía, y para transmitirles nuestro saludo de bienvenida a España a la Asociación Hispana de Universidades (HACU), con motivo de celebrarse su VII Congreso Internacional que, por primera vez se celebra fuera del continente americano.
Temo no ser capaz de transmitirles bien la importancia que tiene, y lo que nos agrada que hayan escogido España, Madrid y Alcalá, concretamente su Universidad, para celebrar esta reunión, ya que, ciertamente es difícil pensar en un lugar más apropiado para llevar a cabo un encuentro educativo, histórico y cultural como el que propone este Congreso bajo el título ?Recuperando Nuestra Herencia?. Las trayectorias de la ciudad de Alcalá y de su Universidad se encuentran intrínsecamente ligadas a la profunda e intensa relación entre España y América.
No en vano, la primera Universidad americana, que se fundó en la ciudad de Santo Domingo, siguió las mismas Constituciones que sirvieron de base a la Institución en la que ahora nos encontramos.
Merece toda nuestra gratitud la magnífica labor del Instituto de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá por haber facilitado la celebración de esta reunión en España.
Y quiero felicitar también muy cordialmente a HACU y al Instituto de Estudios Norteamericanos, por sus primeros veinte años de existencia. Dos décadas llenas de ilusiones, iniciativas y logros patentes, de los que la comunidad hispana ha sido la principal beneficiaria.
Me alegra poderme reunir con representantes de prestigiosas Universidades americanas, y resaltar el gran valor que tiene para mí el mantener un contacto estrecho con el mundo universitario, tanto aquí en España como en los Estados Unidos, donde viví una etapa de 2 años de formación.
Ya entonces puede constatar la creciente presencia de los universitarios de origen hispano en Estados Unidos y el aumento de las Cátedras dedicadas a estudios hispánicos, entre ellas, las promovidas con nuestro país, cuya labor sigo muy de cerca.
España mantiene e impulsa un profundo y cálido interés, por los avances de la comunidad hispana de los Estados Unidos, en virtud de innumerables y antiguos vínculos de todo orden que, nacidos con el arribo de Ponce de León a Florida en 1513, se siguen ensanchando día a día junto con la enorme variedad de estímulos e influencias que proporcionan tantas culturas que en toda América tienen como nexo común la lengua española.
Así, cuentan con nuestro estímulo agrupaciones como la de los Jóvenes Líderes Hispanos, con quienes pude encontrarme y a cuya Convención tuve la muy grata oportunidad de dirigirme, el pasado mes de octubre, en Washington.
Señoras y Señores,
Permítanme decirles que la labor de la Asociación Hispana de Universidades se incluye por derecho propio en el marco general del progresivo y fructífero estrechamiento de las relaciones que se producen en el seno del mundo hispánico e Iberoamericano.
Entiendo que HACU dedica buena parte de sus afanes y trabajos a mejorar la participación y las oportunidades de los estudiantes hispanos en las Instituciones de Educación Superior, algo encomiable y ejemplar.
Sin duda, la creciente presencia hispana en la Universidad alienta nuestra identidad cultural común, que comparten más de cuatrocientos millones de personas, con independencia de sus orígenes nacionales.
Por ello, compruebo con especial satisfacción la presencia de un elevado número de Rectores en el Consejo Directivo de HACU. Una presencia que, además, nos permite prever o al menos desear el incremento del número de alumnos que estudiarán en las aulas de las Instituciones aquí representadas.
HACU merece, asimismo, nuestra admiración por el interés que han sabido despertar sus múltiples actividades. Durante estos dos decenios ha aumentado el número de Universidades e Instituciones de Enseñanza Superior afiliadas, hasta superar ya las cuatrocientas cincuenta, en Europa, Iberoamérica y Estados Unidos.
En el quehacer de HACU destaca también su capacidad para tender puentes entre la formación universitaria y la realidad laboral de sus futuros licenciados, mediante iniciativas tan atractivas como su Programa de Prácticas Laborales.
Un Programa de Prácticas que supone una experiencia doblemente provechosa para sus jóvenes participantes. No sólo les proporciona la oportuna experiencia laboral, sino que les propone como modelos de sólido y buen liderazgo. Se refuerza así el valor de su comunidad, y, en consecuencia, el arraigo y prestigio de la cultura a la que pertenecen.
Por otra parte, los excelentes contactos de HACU con las distintas Autoridades competentes, sumados a la colaboración de valiosos expertos, han permitido lograr que los avances educativos obtenidos hayan desbordado el entorno institucional. Se han transformado en oportunidades de auténtico progreso cultural, económico y social, para los miembros de la comunidad hispana.
Iniciativas, actuaciones y logros por los que reitero mi más calurosa enhorabuena a HACU y al Instituto de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá en su Vigésimo Aniversario. Una efeméride que pone de relieve su incesante labor a favor de los hombres y mujeres que, en diversas áreas geográficas, comparten la herencia hispana y su proyección en el mundo.
Estoy convencido de que los análisis, reflexiones y encuentros de este Séptimo Congreso de la Asociación Hispana de Universidades, servirán de acicate para suscitar nuevas iniciativas que, sin duda, reforzarán el extraordinario papel que la formación universitaria desempeña en la cohesión de la gran comunidad hispánica.
Una labor en la que cuentan con el apoyo de España y con mi reconocimiento y compromiso personal, como Heredero de la Corona.
Y ahora, me cabe el alto honor de declarar inaugurado el VII Congreso de la Asociación Hispana de Universidades.
Muchas gracias.