ras inaugurar la exposición antológica del pintor Hugo Fontela "Caminos de Tierra, Caminos de Mar" en el Museo de Montserrat, Don Felipe y Doña Letizia visitaron la Basílica de Santa María de Montserrat, donde a su llegada y tras un repique de campanas, elórgano interpretó los compases del "Virolai", himno dedicao a la Vrigen.
Durante la visita, los Príncipes tuvieron un momento de recogimiento en el Camarín de la Virgen, donde la veneraron besando el orbe de su mano. Al medio día, la Comunidad Benedictina les ofreció un almuerzo en refectorio de la Abadía.
El accidentado relieve de la montaña de Montserrat hace que la construcción del Santuario sea irregular. Su conjunto arquitectónico está integrado por dos grandes bloques de edificios: la basílica, junto con las dependencias monásticas, y las construcciones para turistas y peregrinos.
La basílica se inscribe, arquitectónicamente, entre la tradición gótica y la renacentista, que se empezaba a aplicar en Cataluña en el siglo XVI.
El atrio que da acceso a la iglesia es del siglo XVIII, si bien fue reformado hacia mediados del siglo XX; enél destacan una serie de esgrafiados y de esculturas de santos o de reyes relacionados con Montserrat en su doble faceta de monasterio benedictino y santuario mariano. Cabe destacar las imágenes de san Juan Bautista y de san José, del escultor Josep Clarà. En este atrio está el baptisterio, con una portada que representa catequísticamente la vida sacramental de la Iglesia iniciada con el bautismo.
La nave central de la Basílica -de 68'32 m de largo, 21'50 de ancho y 33,33 de alto-, a pesar de laépoca en que fue construida, está cubierta con arcos góticos muy redondeados y bien apoyados sobre las paredes que separan las seis capillas laterales. El conjunto constituye un edificio muy singular entre los monumentos de Cataluña, de transición del gótico al renacimiento. El interior de la iglesia fue restaurado después de la destrucción napoleónica con una decoración bastante ecléctica. Entre 1992 y 1996 el arquitecto Arcadi Pla dirigió las obras del exterior para devolverle el aire renacentista original que había perdido a causa de diversos añadidos y la restauración del interior para que abandonara el tono sombrío que había adquirido con el paso de los años y recuperara la entrada de luz mediante la reapertura de los ojos de buey laterales y del cimborrio original.