su llegada al Auditorio de Barcelona, acompañado por el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, Don Juan Carlos fue recibido por el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, el delegado del Gobierno de Cataluña, Joan Rangel, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el inspector general del Ejército de Tierra, teniente general Fernando Torres González. Posteriormente, Su Majestad fue saludado por el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando Salinas, los vocales del Consejo General del Poder Judicial, el secretario general del Consejo General del Poder Judicial, Celso Rodríguez Padrón, el secretario de Estado de Justicia, Julio Pérez Hernández, la consejera de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Montserrat Tura, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, María Eugenia Alegret, la fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Teresa Compte, el presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Fogué, y la directora en funciones de la Escuela Judicial, Gema Espinosa.
Tras acceder Don Juan Carlos al interior del Auditorio y ocupar su lugar en la mesa presidencial, procedió a abrir la sesión y a conceder sucesivamente la palabra a la directora en funciones de la Escuela Judicial, al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial y al secretario general del Consejo General del Poder Judicial, quien dio lectura a los nombramientos.
Seguidamente, el Rey hizo entrega de su Despacho y condecoró con la Cruz de San Raimundo de Peñafort a la número uno de la Promoción, la jueza Cristina Luis Vilchez. A continuación, recibieron sus Despachos el resto de integrantes de la LVIII Promoción de la Carrera Judicial, compuesta por 68 jueces.
Tras la entrega de Despachos, Su Majestad el Rey pronunció unas palabras, en las que recordó a los nuevos jueces que, aunque "habéis demostrado, en primer lugar, vuestro conocimiento del Derecho, imprescindible para desempeñar vuestro papel, ya que la Constitución ordena que actuéis sujetos con exclusividad al imperio de la Ley. (...) Vuestra formación científica no termina aquí. Un Juez, como todos los profesionales que asumen responsabilidades de peso, nunca acaba de formarse por completo. Además, el Derecho cambia cada día y la dogmática que lo trata, se desarrolla sin cesar. Ese esfuerzo de estudio y formación constantes son una importante obligación, que habéis adquirido ante nuestra sociedad. Una sociedad que deposita en vosotros la gran responsabilidad de administrar justicia en un entorno social evolutivo y en el que las relaciones sociales son frecuentemente complejas".
Asimismo, Don Juan Carlos manifestó que "se os ha enseñado a decidir, que es la función cotidiana del Juez. Pero, sobre todo, se os ha enseñado a tomar decisiones pacificando los conflictos. Decidir impartiendo paz social es una tarea mucho más compleja que aplicar la norma con automatismo, pues requiere de vuestra prudencia, sensibilidad, y de vuestro espíritu permanente de entrega y de servicio. Ahora bien, la justicia final de vuestras decisiones dependerá, con carácter prioritario, de su firme sumisión a la legalidad. La Ley es, por lo tanto, vuestra principal herramienta de trabajo. Y la sujeción a la Ley es, al mismo tiempo, garantía de vuestra independencia. Vuestra capacidad de pacificación de las controversias y litigios dependerá también, por ello, de que los ciudadanos perciban con toda claridad que vuestras decisiones expresan la voluntad de la norma".
Antes de concluir, Su Majestad puso de relieve que parte del mérito de su aprendizaje como jueces es "mérito de la Escuela Judicial que os ha proporcionado un intenso y fecundo periodo de enseñanza, para prepararos, gradualmente, en tan compleja y delicada profesión. Habéis tenido la fortuna de formaros en la Escuela Judicial de Barcelona, acreditada como una de las mejores del mundo, por el nivel extraordinario de su personal docente y por el apoyo insustituible de su personal auxiliar".
Después de levantar la sesión, Don Juan Carlos mantuvo un breve encuentro con los nuevos jueces y sus allegados, el equipo directivo, claustro de profesores y personal de la Escuela Judicial, y los magistrados de países iberoamericanos y miembros de la junta directiva de la Red Iberoamericana de Esculas Judiciales asistentes, con lo que finalizó el acto.