Palabras de Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en el almuerzo del día de su boda
 

Palacio Real, 22 de mayo de 2004

No puedo ni quiero esconderlo, imagino que salta a la vista: Soy un hombre feliz. Y tengo la certeza de que esta condición me la da sentir la emoción de ver y protagonizar la realización de un deseo: Me he casado con la mujer que amo. Conjugar la razón con la fuerza del amor y del sentimiento ha sido siempre un objetivo en mi vida. Por eso, estamos celebrando hoy que Letizia y yo unamos nuestras vidas en una comunión de amor, responsabilidad, trabajo, respeto y entrega mutua. Nuestra unión para siempre se la ofrecemos a nuestras familias y sobre todo a nuestro destino, íntimamente ligado al futuro de los españoles.

Afrontamos nuestro futuro con una ilusión y una esperanza muy profundas. El servicio a los españoles es el gran compromiso personal e institucional con el que Letizia y yo iniciamos ahora una nueva etapa en nuestra vida.

En ella estamos seguros de encontrar la felicidad duradera que toda familia busca y desea. Aspiramos a fundar una familia. Y queremos alcanzar el necesario equilibrio entre lo público y lo privado, entre las obligaciones - que lo son de por vida - y la legítima y necesaria vida familiar; sabiendo que nuestro trabajo requiere una serenidad, una dedicación, una constancia y una mesura tales que permitan hilar el tiempo político con el tiempo humano.

Letizia: hace poco mas de un año dimos los primeros pasos que, con amor y serenidad, nos han traído hasta aquí. No es mucho tiempo ni poco; el suficiente para habernos descubierto mutuamente, con transparencia y sinceridad, como la persona que deseábamos tener a nuestro lado para toda la vida. El conocimiento y respeto recíprocos, nuestra complementariedad y complicidad han ido día a día cimentando lo que con tanta fuerza nos acercó e impulsó para llegar a nuestro matrimonio. Es también muy importante - y tú me lo dices tanto - que sepamos encontrar el uno en el otro el remanso necesario para reflexionar, disfrutar y compartir todo aquello que nos hace crecer como personas, enorgullecernos y sobrellevar la intensidad de nuestras vidas. Y lo es tanto más por cuanto ha de ser fuente de gozo y armonía familiar. Se que lo conseguiremos sin duda.

Señoras y Señores

El compromiso que Letizia y yo hemos asumido hoy transciende de lo meramente personal. Desde muy pequeño he sido consciente de mis responsabilidades y la lealtad al Rey junto al sentido del deber han guiado mi vida. Pues bien me siento orgulloso de que Letizia se incorpore desde hoy a este proyecto con convicción y responsabilidad; Y quiero que todos sepan lo agradecido que estoy a Letizia por su entrega y determinación a lo que dicho proyecto conlleva.

En el camino que hemos de recorrer contamos con el ejemplo impagable de Sus Majestades los Reyes.

De Su Majestad el Rey, que junto a una generación de grandes patriotas consiguió la reconciliación de los españoles, protagonizó el establecimiento y la consolidación de la democracia y ha ejercido de forma impecable sus funciones constitucionales. De Su Majestad la Reina, con su apoyo constante y permanente al Rey, su sensibilidad, su disponibilidad y su ejemplo. Ambos han conseguido que la Corona sea una institución útil al servicio de España y respetada y querida por los españoles.

Y aunque las circunstancias serán diferentes y también las personas, mi vocación de continuidad con ese modelo y con su ejemplo de servicio es rotunda y firme. Deriva de una intima convicción y mi compromiso permanente de que la Corona siga contribuyendo a la estabilidad institucional de España, a la integración y cohesión de los españoles y a ser garantía de su libertad y progreso.

Majestad: no tengáis ninguna duda de que siempre pensaremos en España y de que toda nuestra vida estará dedicada al bienestar de los españoles.

Hoy hemos sellado nuestro amor ante Dios y ante la sociedad; todos sois testigos de ello y de la autenticidad que nos mueve. Por eso estamos especialmente contentos de poder compartir con vosotros, con los madrileños y con todos los españoles este momento tan crucial en nuestras vidas.

Queremos agradecer las constantes muestras de cariño y generosidad llegadas desde tantos puntos de la geografía española, incluso de fuera de nuestro país. También el afecto, el esfuerzo y la dedicación de las Instituciones y de muchos miles de personas que han contribuido al buen desarrollo de estos días de celebración. Sería deseable, aunque imposible, hacer llegar a todos ellos personalmente nuestra gratitud. Como también es imposible tener aquí a tantas personas especiales para nosotros, pero a las que dedicamos un cariñoso recuerdo desde aquí.

En este capítulo de agradecimientos y recuerdos queremos tener uno especial para nuestras familias. Somos resultado en parte de sus desvelos y hemos recibido de ellas durante todos estos meses su apoyo y comprensión, que ha sido sustento vital y lo seguirá siendo. Además, llegar hasta aquí no hubiera sido posible sin el concurso de ellas y de muchas personas, entre las que quiero especialmente destacar a mis hermanas, las Infantas y a sus maridos. Pero, sobre todo, no hubiera sido posible sin SSMM los Reyes. Es mucho lo que como hijo tengo que agradecerles a lo largo de mi vida. Y hoy, en el día de mi boda, quiero dejar constancia publica de mi más profundo agradecimiento por su cariño y apoyo permanente. No es posible entender mi felicidad sin la suya.

Hoy yo recibo dos padres y dos hermanas más, y también cuatro abuelos - que yo ya no tengo-. De los míos sigo recibiendo inspiración y su memoria me acompaña y enorgullece. De los suyos recibo una calurosa cercanía y el valioso aprendizaje de sus vidas. Recibid mi respetuosa y cariñosa gratitud.

M de Madrid, de Mayo y de Memoria; en ella siempre estarán los ausentes, los que no les fue permitida criminal y brutalmente seguir viviendo sus ilusiones y desvelos; y también los que hoy no pueden disfrutar con ellos, libre y cívicamente de la primavera madrileña que nos acoge y nos levanta el ánimo.

Con su recuerdo presente, permitidme levantar mi copa por Letizia, por Sus Majestades los Reyes y por España.

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