Don Felipe ha presidido la apertura del Curso Académico de las Reales Academias, surgidas del espíritu de la Ilustración y amparadas por la Corona, empezaron a constituirse en España en el siglo XVIII como centros de cultivo del saber y de difusión del conocimiento.
A su llegada, Su Majestad el Rey fue recibido por el delegado de Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín; el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, don Juan Cruz Cigudosa; el presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, don Eduardo Díaz-Rubio; y el presidente del Instituto de España y de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, don Luis María Cazorla.
Tras los saludos institucionales en el zaguán y el Patio de Honor, Su Majestad accedió al salón de actos, donde ocupó su lugar en la mesa presidencial junto al secretario de Estado y al presidente de la Real Academia Nacional de Medicina.
Durante la ceremonia, intervinieron:
Don Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina.
Don José Miguel García Sagredo, secretario general de la Real Academia Nacional de Medicina, quien presentó la memoria de actividades del curso anterior.
Don Antonio Campos, vicepresidente de la Real Academia Nacional de Medicina, encargado de la lección inaugural titulada: “El lenguaje médico panhispánico. Un idioma, una medicina, un diccionario.”
Don Juan Cruz Cigudosa, secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades.
Finalmente, Su Majestad el Rey declaró inaugurado el nuevo curso académico.
Tras la clausura del acto académico, Su Majestad mantuvo un encuentro con los académicos de la Real Academia Nacional de Medicina en el Salón Amarillo, visitó la exposición temática sobre el lenguaje médico panhispánico y saludó a los asistentes congregados en el Patio de Honor.
Las Reales Academias han sido y siguen siendo las entidades que representan la excelencia en los diversos campos de las ciencias, las artes y las humanidades. Sus valores esenciales son, por un lado, la categoría de sus miembros, en quienes concurren los más altos méritos intelectuales y científicos, y por otro, su estabilidad e independencia frente a intereses económicos o políticos.
Se cumplen más de 300 años desde que se produjera la primera vinculación de la Real Academia Española con la Corona y, desde entonces, ambas instituciones han trabajado en conjunto por la defensa de la lengua de Cervantes en todo el mundo, una labor que continuará durante el nuevo curso académico.
El Instituto de España reúne a las Reales Academias de ámbito nacional para la coordinación de las funciones que deban ejercer en común. Forman parte del Instituto de España:
Real Academia Española.
Real Academia de la Historia.
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Real Academia Nacional de Medicina de España.
Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España.
Real Academia Nacional de Farmacia.
Real Academia de Ingeniería.
Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras.
Desde el mismo siglo XVIII, a la vez que se creaban las primeras Reales Academias nacionales, fueron constituyéndose diversas Reales Academias y otras Academias con un ámbito territorial limitado: local, provincial o regional. En consonancia con el Estado autonómico derivado de la Constitución Española, el Instituto de España reconoce las competencias asumidas por las Comunidades Autónomas sobre las Academias de su ámbito territorial, bien en virtud de una atribución expresa en sus Estatutos de Autonomía, bien a través de los títulos competenciales generales sobre fomento de la investigación y la cultura. Debe recordarse además que la Comunidad de Madrid, el Principado de Asturias y la Región de Murcia, han dictado sus propias leyes para regular las Academias establecidas en su ámbito territorial, y que la Comunidad Autónoma de Andalucía ha creado por ley el Instituto de Academias de Andalucía. Algunas de estas instituciones son Academias Asociadas del Instituto de España.
La reforma que se aborda en el Real Decreto 1160/2010, de 17 de septiembre, por el que se regula el Instituto de España, expresa también la voluntad del Gobierno de coadyuvar, dentro de sus competencias, al mejor desarrollo de los trabajos de las Academias y al refuerzo de su presencia en la sociedad, de modo que se utilice al máximo el inmenso caudal de conocimientos, experiencia de investigación y pensamiento de estas instituciones.