Egun on guztioi, oso pozik nago berriro zuekin guztiekin Euskadin egoteaz eta, zehatzago, Bilbon egoteaz.
(Buenos días a todos, estoy muy contento de estar con todos ustedes de nuevo en el País Vasco y, en concreto, en Bilbao.)
Como todos saben esta es la primera visita que realizo al País Vasco desde mi proclamación como Rey, y a la gran alegría de tener esta oportunidad de hacerlo se une la de participar en un acto que pone de relieve muchas cosas buenas de esta querida tierra. Venir nuevamente a Bilbao es regresar a una ciudad hospitalaria en la que se aprecia inmediatamente su gran vocación industrial, -que la singulariza y define-, y se aprecia y reconoce también su tejido social intenso y articulado.
Efectivamente, este III Congreso Nacional de la Asociación para el Progreso de la Dirección, centrado en el objetivo de la reindustrialización, representa muy bien el espíritu emprendedor ligado a la voluntad de crear riqueza y de favorecer el crecimiento de la economía en beneficio de toda la sociedad.
Enhorabuena, pues, por esta iniciativa y muchas felicidades por la trayectoria fructífera de vuestra asociación que, desde hace casi 60 años, se distingue en la labor de formar e informar a nuestros directivos y empresarios, en la promoción del debate económico y en el fortalecimiento de la sociedad civil a través del contraste de opiniones y del diálogo constructivo.
Como Príncipe de Asturias, y ─porqué no decirlo así─ como alumno, tuve la oportunidad de asistir a algunas de las actividades organizadas por la APD. Recuerdo que hace ya 15 años participé en unas jornadas tituladas “Gestionando el Riesgo Financiero Global en el siglo XXI”; sin duda un premonitorio título para lo que aconteció años más tarde.
"...No se trata, por supuesto, de dejar de prestar la atención debida a sectores fundamentales gracias a los cuales España es hoy una de las mayores economías del mundo, sino de profundizar en aquello que de una manera muy directa nos puede ayudar a dar un salto cualitativo en la competitividad mundial y a superar la actual crisis. Una reindustrialización inteligente, eficiente, tecnológica y respetuosa con el medio ambiente, sensible socialmente y con la mira puesta en la necesaria generación de puestos de trabajo..."
Y en 2006, pude acompañaros en el acto conmemorativo del 50 Aniversario de la Asociación, que llevaba como lema “El valor de emprender”, un concepto, una actitud esencial y de plena actualidad, imprescindible para impulsar el progreso económico y social de España ─y de cualquier país.
En esta edición de vuestro Congreso Nacional de Directivos os habéis centrado muy oportunamente en la necesidad de reindustrializar nuestro país; necesidad nuestra que lo es también de Europa en general. Llevamos años los europeos perdiendo peso industrial. A pesar de que, como se ha dicho en este encuentro, los países o regiones o comarcas, que tienen un sector industrial más fuerte, no solo han resistido mejor la reciente crisis global, sino que tienen también un empleo de mejor calidad, hacen más I+D+i, y también exportan más. Su crecimiento en épocas de bonanza es más sostenible, y su decrecimiento en épocas de crisis, menos intenso.
A lo largo de estas jornadas habéis hecho diagnósticos detallados y minuciosos sobre el relativo estancamiento de nuestra industria, pero también habéis aportado soluciones para revertir la situación. Cada una tendrá su impacto, pero yo deseo hoy insistir particularmente en una de ellas: la que pone el acento en que España sea un país líder en desarrollo, retención y atracción del talento innovador. Porque es cierto que la innovación es clave para reindustrializar con eficacia nuestro país; y lo es también, en consecuencia, para impulsar el conjunto de nuestra economía.
No se trata, por supuesto, de dejar de prestar la atención debida a sectores fundamentales gracias a los cuales España es hoy una de las mayores economías del mundo, sino de profundizar en aquello que de una manera muy directa nos puede ayudar a dar un salto cualitativo en la competitividad mundial y a superar la actual crisis. Una reindustrialización inteligente, eficiente, tecnológica y respetuosa con el medio ambiente, sensible socialmente y con la mira puesta en la necesaria generación de puestos de trabajo.
Señoras y señores,
Como decía al principio, me alegro de que este Congreso, titulado “Reindustrializar para ganar”, se haya celebrado precisamente en Bilbao, cuna de algunos de los mejores industriales de la historia de España y lugar donde nunca ha desfallecido lo que algunos han llamado “el orgullo de fabricar cosas”. Un orgullo que denota una visión constructiva y creadora que los españoles tenemos el deber de cultivar y fortalecer siempre.
Con estas palabras y con mi agradecimiento por la labor de todos, —en vuestra actividad profesional diaria y en estas jornadas tan enriquecedoras—, reitero mi felicitación a la APD y declaro clausurado el III Congreso Nacional de la Asociación para el Progreso de la Dirección.
Muchas gracias.