S
eñor Presidente del Congreso,
Miembros de la Mesa Directiva
Señoras y Señores Congresistas,
Quiero en primer lugar agradeceros, Señor Presidente, vuestras generosas palabras, así como la amable invitación que me habéis formulado para dirigirme al pueblo peruano a través de su representación soberana en esta mi tercera Visita de Estado al Perú.
Deseo asimismo manifestar mi gratitud a esta Cámara por la distinción con la que me habéis honrado al concederme la Medalla de Honor del Congreso de la República.
En mi nombre y en el de todo el pueblo español, quiero expresar el mayor afecto hacia el gran pueblo hermano del Perú, junto a mi cordial salutación a las Señoras y Señores Congresistas.
Bien saben lo mucho que me alegra poder disfrutar de nuevo de la profunda hospitalidad de este maravilloso país, que visité por primera vez como Guardiamarina hace cincuenta años y como Rey hace treinta. Un país por el que los españoles sentimos tanta admiración y cariño.
La última ocasión en que tuve el alto honor de ocupar esta magna tribuna, pude saludar el renacimiento de las instituciones democráticas peruanas, tras el proceso electoral organizado por el Gobierno del Doctor Paniagua, a cuya memoria quiero rendir un sentido homenaje.
El Perú al que hoy regresamos ha superado con éxito, gracias a la concertación, al diálogo y a los buenos usos democráticos, aquella etapa de redefinición y reencuentro.
Los poderes públicos, y la sociedad en su conjunto, persiguen la continuidad del crecimiento económico, con equilibrio, equidad y justicia.
Esta etapa de prosperidad viene reforzada por un nuevo espíritu en la conciencia nacional.
El Perú ha registrado en los últimos años tasas de crecimiento económico superiores a las de su entorno regional. Este crecimiento ha permitido desarrollar los instrumentos de protección social y de asistencia a los sectores más desfavorecidos.
Los peruanos vislumbran con fundada esperanza su devenir nacional, en el que deben quedar desterrados para siempre el subdesarrollo, la marginación y la desigualdad.
Señor Presidente,
Señoras y Señores Congresistas,
El mundo de hoy plantea muchas oportunidades y también desafíos.
Entre los desafíos, suscita una especial preocupación el terrorismo, que tantas vidas ha segado cruelmente y al que sólo se puede vencer eficazmente con todos los instrumentos del Estado de derecho y la legitimidad de las instituciones democráticas.
España, que al igual que el Perú bien conoce el sufrimiento que genera la barbarie terrorista, condena enérgicamente los atentados que hace pocos días costaron la vida en el Perú a civiles indefensos y militares servidores del Estado.
Reiteramos nuestro más sentido pésame a sus familiares, y nuestra solidaridad con el Gobierno y el pueblo del Perú, que pueden contar con el apoyo incondicional de España.
Por otro lado, vivimos unos tiempos de convulsiones en los mercados financieros internacionales que, en tantos países, afectan a muchos de los logros económicos y sociales ligados al crecimiento de los últimos años.
Concentran la atención y dedicación prioritarias de los poderes públicos y reclaman un refuerzo de la cooperación internacional para asegurar el buen funcionamiento de las economías y el bienestar de los ciudadanos.
Asimismo, el deterioro del medio ambiente y el cambio climático son amenazas para las generaciones futuras, si no garantizamos la sostenibilidad de nuestro crecimiento.
Estos y otros desafíos nos obligan a actuar conjuntamente. De ahí, que la diplomacia multilateral sea cada vez más necesaria y que los esquemas de integración y concertación regional estén llamados a facilitar los logros que cada país por si sólo no puede conquistar.
En este contexto, la Comunidad Iberoamericana de Naciones -cuya Decimoctava Cumbre tendrá lugar esta misma semana en San Salvador- constituye un foro singular que nos permite coordinar esfuerzos en beneficio de nuestros pueblos, mediante el diálogo y el trabajo en común, identificando áreas de interés compartido y desarrollando proyectos de más intensa cooperación.
Por otro lado, el respeto a los Derechos Humanos es también una exigencia fundamental. Debemos aprovechar la próxima celebración del sesenta aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para velar por su más efectivo y extenso reconocimiento en todo el mundo.
Señor Presidente,
Señoras y señores Congresistas,
La cooperación interregional ha experimentado un enorme desarrollo en las últimas décadas, marcadas por un especial protagonismo de la región iberoamericana.
El pasado mes de mayo, el Perú organizó, con brillantez y eficacia, la Quinta Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno entre América Latina y Caribe y la Unión Europea.
En la Declaración Final de esta Cumbre, manifestamos nuestra intención de profundizar en el diálogo sobre los grandes temas que conciernen a nuestras dos regiones.
España ha sido, desde su incorporación a las instituciones europeas, un firme y activo defensor del acercamiento entre Europa e Iberoamérica.
Conforme a ese espíritu, España se dispone a acoger en el año 2010 la Sexta Cumbre entre América Latina y Caribe y la Unión Europea, en la confianza de que para entonces se habrán producido avances visibles en los distintos procesos de negociación de Acuerdos entre ambas regiones.
Mi Gobierno ha defendido y seguirá defendiendo la necesidad de hallar fórmulas imaginativas y viables, que permitan a los países andinos ver colmadas sus aspiraciones a una más fructífera relación con la Unión Europea.
En este terreno, como en tantos otros, permítanme que ratifique una vez más el compromiso de España con el progreso y la prosperidad de Vuestra Nación.
Señor Presidente,
Señoras y Señores Congresistas,
El Perú y España están unidos y hermanados por un entramado de lazos y sentimientos que vienen de nuestra historia, y se plasman con vigor en nuestras respectivas culturas, así como en la bella lengua que compartimos.
Lazos que hoy se manifiestan en todos los campos de cooperación y que nos conducen hacia un futuro de interrelación creciente.
Esta mañana he asistido, junto con el Presidente de la República, a la firma del Plan de Asociación Estratégica entre el Perú y España, con el que nuestras relaciones se sitúan a partir de ahora en el más alto nivel posible, es decir, en el de socios privilegiados.
Se abre una nueva etapa entre nuestros dos Estados, que no hace sino acompañar y reconocer la profundidad de nuestras relaciones bilaterales en todos los ámbitos.
Las inversiones españolas son las primeras en volumen e importancia en el Perú.
Nuestras empresas encuentran aquí unas condiciones, definidas por el trato equitativo y la seguridad jurídica, que permiten su aportación al crecimiento y a la generación de empleo, dentro de su apuesta por el futuro de este país.
Otro campo en el que el Perú es un socio prioritario para España es el de la Cooperación al Desarrollo.
En nuestro empeño por contribuir al logro de los Objetivos del Milenio, nuestra acción se centra en la reducción de la pobreza, en el desarrollo sostenible y en el apoyo a la gobernabilidad democrática.
Todo ello inspirado en la solidaridad de la sociedad española para con el pueblo peruano, que se puso de relieve - de forma inmediata y masiva - con ocasión del terremoto que asoló el Sur Chico el 15 de agosto de 2007.
Los estrechos lazos entre España y el Perú no se limitan, por lo tanto, al ámbito estatal ni institucional. Se expresan y fortalecen día a día a través de numerosos vínculos familiares, de amistad o profesionales entre españoles y peruanos, marcados por una evidente corriente de simpatía.
Un fenómeno palpable, no sólo en la amplia comunidad española en Vuestro país, sino también gracias a la numerosa colectividad peruana que reside en España.
Quiero, por ello, dedicar un mensaje de especial afecto y gratitud a los más de ciento cincuenta mil peruanos que han escogido España como marco de sus anhelos e ilusiones, contribuyendo de forma activa a nuestra prosperidad, y también a la del Perú.
España desea asegurar que su vida en nuestro país se desarrolle en las mejores condiciones.
Con ello, no hacemos otra cosa que intentar corresponder al afecto y a la generosidad de que han gozado los españoles que, por una u otra razón, han sido acogidos en tierras peruanas.
Señor Presidente,
Señoras y Señores Congresistas,
El pueblo peruano ha emprendido con decisión el camino del progreso en libertad y en paz.
Ningún lugar como esta Casa representa los valores de democracia y pluralismo que peruanos y españoles compartimos en nuestro común afán por construir un futuro mejor para nuestros hijos.
Con ese espíritu, quiero concluir mis palabras agradeciéndoles su cálido recibimiento, y reiterando el firme compromiso de España, de sus instituciones y de sus ciudadanos con el progreso y la prosperidad del Perú.
Un compromiso al que, como Rey de España, me siento profundamente unido partiendo de mi respeto, afecto y admiración por esta querida Nación.
Muchas gracias.