S
eñora Presidenta,
Al recibiros hoy en Madrid en Vuestra primera Visita Oficial a España, la Reina, el Príncipe de Asturias y yo mismo, queremos expresaros nuestra más cordial bienvenida y nuestro deseo de que sintáis la simpatía y el aprecio que los españoles tenemos hacia Vuestro país.
Antes de proseguir, permitidme que en el plano personal subraye el especial agradecimiento y afecto de mi Familia hacia Suiza. Un país donde transcurrieron años importantes de mi juventud y en el que mi abuela, la Reina Victoria Eugenia, vivió los últimos años de su vida a orillas del Lago Leman disfrutando de la cálida hospitalidad de Vuestra tierra.
España valora en muy alta medida el papel que Suiza ha ocupado en la Europa moderna. Desde su situación en el corazón de nuestro Continente, ha sido lugar de paz, de prosperidad y también de refugio, cuando las guerras asolaban nuestro común solar europeo.
Son intensos los lazos históricos que vinculan a Suiza con la Corona española.
En tal sentido, quiero recordar las relaciones que ya en el siglo XVI entablaron España y diversos cantones suizos, llegando a firmarse en 1587 una alianza entre seis de ellos y la Corona española.
Tampoco podemos olvidar que los guardias suizos prestaron sus servicios en el Ejército español hasta principios del siglo XIX.
Desde entonces, nuestras relaciones han sido crecientes y fecundas.
Señora Presidenta,
Vuestra Visita Oficial nos permite subrayar lo mucho que nos une, al tiempo que nos estimula a ensanchar y profundizar nuestras relaciones como dos Estados europeos, prósperos, abiertos y modernos, ligados por múltiples espacios de entendimiento y de cooperación.
Para ello, contamos no sólo con las corrientes de simpatía cultivadas a lo largo de la Historia, sino también con la amistad y cercanía que los flujos migratorios, el turismo, y los intercambios económicos, sociales y culturales han logrado establecer entre Suiza y España.
Entre los vínculos forjados a través de la emigración, destacan los creados por los miles de trabajadores españoles que se desplazaron hace medio siglo a Vuestro país.
Hoy son cerca de noventa mil los españoles establecidos de forma permanente en Suiza.
Muchos de ellos han tejido allí lazos afectivos y familiares que han convertido al territorio helvético, no sólo en su lugar de trabajo y residencia, sino también en su segunda patria.
Asimismo, España se alegra de que cerca de millón y medio de suizos nos visiten anualmente y de que más de veinte mil se hayan establecido en tierras españolas.
Actualmente las relaciones entre Suiza y España presentan nuevas y ricas facetas.
En el plano económico, nuestro comercio bilateral ronda los seis mil millones de euros anuales y está creciendo a una tasa cercana al 10% anual.
Los empresarios de ambos países son los mejores testigos de la pujanza de nuestros intercambios, que cubren un amplio espectro de sectores.
Señora Presidenta,
Como viejas Naciones europeas compartimos valores y principios comunes, que han nutrido nuestros respectivos ordenamientos jurídicos e instituciones democráticas basadas en el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales.
En dicho marco, quiero rendir tributo a la contribución histórica de Suiza al desarrollo del Derecho y de la conciencia humanitaria a escala internacional, especialmente con la fundación de la Cruz Roja, fiel reflejo de los mejores valores del pueblo suizo.
Gracias en gran medida a vuestro impulso personal, en los últimos años Suiza ha sido capaz de reinterpretar admirablemente dicho legado histórico, al articular una política exterior marcada por su compromiso activo con la resolución de conflictos y con la promoción de los Derechos Humanos.
Suiza ha pasado a adherirse a las Naciones Unidas y a desempeñar en su seno un papel relevante, tanto con la formulación de propuestas destacadas sobre el funcionamiento de las instituciones, como mediante su participación en la puesta en marcha del Consejo de Derechos Humanos.
Constituye un motivo de especial satisfacción que nuestros dos países trabajen juntos en la promoción de la legalidad internacional, contribuyendo con sus tropas y personal civil a la pacificación y reconstrucción de diversos países y regiones.
También cooperamos en el ámbito internacional, frente a la abominable lacra del terrorismo, la proliferación de armas pequeñas y ligeras, el hambre o los desastres naturales.
Señora Presidenta,
España es desde 1986 miembro activo de la Unión Europea, a la que debemos una parte fundamental de nuestra prosperidad.
Los españoles apoyamos decididamente el proyecto europeo, tanto en su vertiente económica como política, y tenemos volcadas nuestras mejores esperanzas en el futuro desarrollo de la integración europea.
Suiza mantiene una relación privilegiada con la Unión, no sólo a través de intensas relaciones económicas, sino de una densa red de Acuerdos bilaterales.
Antes de concluir, no quiero dejar de referirme a los vínculos deportivos que hoy ligan a nuestras dos Naciones.
En particular, la apasionante competición de la Copa del América que, en su actual edición, se está desarrollando en Valencia gracias a un equipo suizo que, tras más de ciento cincuenta años, ha logrado traer a Europa tan renombrado trofeo.
Al reiteraros nuestra bienvenida, quiero, Señora Presidenta, levantar mi copa para brindar por Vuestra ventura personal, por el bienestar del pueblo suizo, y por la cada vez mas estrecha amistad entre Suiza y España.
Muchas gracias.