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lo largo de diez años, me he reunido con vosotros, siempre con satisfacción, y con confianza cada vez más fundada. Hoy, en este décimo aniversario de Cotec, vuelvo a estar en esta Asamblea, con nuevos motivos que confirman la oportunidad de estos encuentros.
Una vez más vengo a conocer y compartir vuestros proyectos y problemas, y a reafirmar nuestro compromiso con el bienestar y la modernización del país, a través de la innovación tecnológica y la creatividad empresarial, que vosotros en alto grado representáis.
Cuando contemplamos los años transcurridos, comprobamos que las expectativas que ofrecía Cotec se han ido cumpliendo, a través de un proceso de afirmación de sus objetivos y de renovación constante de sus proyectos, atentos al dinamismo de nuestra sociedad.
El campo de vuestras actividades ha cambiado desde entonces. La ciencia y la tecnología, sobre las que basábais vuestras esperanzas, han adquirido ya carta de ciudadanía en nuestra sociedad.
Hoy son muchas más las empresas tecnológicamente avanzadas, que forman el núcleo de la capacidad competitiva de España en los mercados internacionales. Lo que era deseo se ha convertido en realidad.
Y lo que entonces eran preguntas, incógnitas y desafíos, son hoy seguridades, confianza en el propio desarrollo tecnológico y respuestas adecuadas a las nuevas circunstancias.
Debemos congratularnos de que importantes sectores económicos del país hayan solucionado con éxito el doble reto de nuestra integración europea y de la nueva Sociedad de la Información.
Esta nueva situación ha calado en nuestra sociedad, cada vez más abierta y emprendedora, y ha obtenido el respaldo necesario y decisivo de las Administraciones Públicas y del Gobierno, que ha incluído en sus prioridades y ha dado el mayor rango administrativo a las tareas de la ciencia y de la tecnología.
Podemos sentirnos orgullosos de estos cambios y de estos logros, por los que tanto habéis luchado en Cotec, y que han contribuído a que nuestro país entre a formar parte hoy del grupo de las naciones avanzadas, con todas sus ventajas y todas sus responsabilidades.
Unas y otras nos exigen ser conscientes de que, una vez alcanzada esa meta de desarrollo económico y tecnológico, el nuevo papel que le corresponde a España en el plano internacional comporta nuevas tareas y compromisos.
Esto me lleva a proponeros la consideración ética de nuestras obligaciones, empezando por el sentido de la solidaridad. Necesitamos valorar el resultado de nuestras acciones, para que nuestro esfuerzo científico y tecnológico aporte soluciones sostenibles al crecimiento de nuestro país y de todos los países, especialmente de los que se sienten amenazados por la pobreza y por la destrucción de sus recursos.
En este contexto, quiero recordaros el importante lugar que ocupa la empresa, como creadora de riqueza y principal protagonista de la innovación tecnológica.
Como tal, forma parte de la cultura de nuestro tiempo, asimila y distribuye el conocimiento científico y humanístico y los transforma en riqueza y en beneficios sociales. Este es el verdadero sentido de la Innovación, y la esencia del mensaje que Cotec ha venido transmitiendo desde sus primeros momentos.
Pero el empresario, vosotros lo sabéis mejor que yo, no puede vivir aislado, al margen del mundo que le rodea y del que forma parte. La empresa no sólo produce beneficios materiales, sino también sociales, inseparables de los económicos y que principalmente los sustentan y justifican.
De su capacidad creadora depende el empleo y, por tanto y en gran medida, el bienestar social. La moderna economía de mercado ha traído consigo nuevas responsabilidades, que no se limitan al ámbito exclusivamente empresarial.
Yo pido a Cotec que, en sus proyectos futuros, siga trabajando para ayudar a consolidar esta realidad empresarial, tan necesaria para lograr una imagen de España ante el mundo, acorde con su posición actual en el concierto de las naciones.
Porque si hasta ahora la imagen de nuestro país se basaba en la riqueza cultural ancestral y de nuestra lengua, a partir de ahora, y sin perder aquellos valores, deberá comprender también el dinamismo de nuestras empresas y su compromiso para lograr una tecnología socialmente responsable.
Podemos decir hoy, con satisfacción, que nuestra Fundación ha contribuído durante toda esta década, con sus análisis, diagnósticos y llamadas de atención, a que se despertara en nuestro país esta conciencia y a que naciera una nueva realidad.
Yo os pido, encarecidamente, que esa presencia continúe, con la misma ilusión y la misma entrega, para que se consolide en España un nuevo ámbito social en el que compartan espacios la tecnología y el bienestar, la cultura y el humanismo, el avance económico y la solidaridad.
Es mucho, si no todo, lo que nos jugamos en este envite.