C
on especial satisfacción vengo a esta Ciudad de Palos de la Frontera, estrechamente vinculada a acontecimientos decisivos de nuestra Historia, y a esta iglesia de San Jorge, en la que oraron Cristóbal Colón y los tripulantes del Plus Ultra antes de emprender sus viajes, tan distantes en el tiempo, y sin embargo tan unidos en nuestra memoria colectiva.
Presidir el setenta y cinco aniversario de esta hazaña de la Aviación Española, os aseguro que, es para mí un honor. En primer término, por su importancia en el proceso de desarrollo de la aeronáutica mundial, ocupada, en aquellos años de entreguerra, a aplicar los progresos conseguidos por los aviones hasta 1918 en actividades no bélicas, y concretamente en exploraciones, competiciones y travesías oceánicas.
La del Plus Ultra batió varios récords, y en particular el mundial de distancia en el tipo de hidroavión que la realizó.
Su triunfo puso de manifiesto la preparación de sus tripulantes, a quienes reportó una bien merecida fama, y el alto nivel de competencia de nuestros pilotos y nuestra aeronáutica, para afrontar con éxito retos de gran envergadura, como los que iniciaron, aquel mismo año, la escuadrilla Elcano en su vuelo a Filipinas, y la patrulla Atlántida en el que hizo a Santa Isabel, en Guinea Ecuatorial.
Y no se trataba aquí de manifestaciones aisladas de ese genio individual que se nos suele atribuir a los españoles, era algo más, puesto que se correspondía con el desarrollo real de las infraestructuras necesarias para mantenerlo y rentabilizarlo. Recordemos que sólo tres años más tarde, mi bisabuelo el Rey Don Alfonso XIII pudo cumplir su deseo de volar en un hidroavión Dornier similar al Plus Ultra, fabricado en España por Construcciones Aeronáuticas.
Por tanto, el vuelo del Plus Ultra debe entenderse como un episodio, altamente significativo, del proceso de modernización de España, un proyecto que define el primer tercio de nuestro siglo XX, bien estudiado en sus aspectos científicos, del pensamiento y de las artes, y que es cada vez mejor conocido en los industriales y empresariales, no menos importantes. Un progreso que siempre alentó, y en ocasiones encabezó la Corona, y que es un timbre de gloria de aquel reinado.
Pero lo que da mayor significado, y en mayor grado ilumina el recuerdo de aquel periplo, es que relanzó nuestra vocación hispanoamericana. El Rey tuvo especial interés en señalarlo, tanto en los mensajes que entregó a Ramón Franco para los Presidentes de los países iberoamericanos que iba a visitar en sus escalas, cuanto al expresar a los tripulantes del hidroavión su deseo de que fueran embajadores del amor fraterno de España hacia aquellas Repúblicas.
El propio Ramón Franco recuerda en su libro?De Palos al Plata?, publicado a su regreso, que el vuelo no era un raid de aviación, técnico y deportivo, sino un hecho de gran trascendencia, por la enorme importancia de la aproximación hispanoamericana que de él se iba a derivar, y que culminó, como hoy sabemos, en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.
Dentro de unos días una tripulación del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas, a bordo de un hidroavión Canadair CL215T, realizará, tramo a tramo, la misma navegación que realizaron los tripulantes del?Plus Ultra? hace hoy 75 años. Deseo expresar mi agradecimiento, que es el de todos, por esta iniciativa y mis mejores deseos de éxito a todos aquéllos que participan en esta nueva travesía. Sé que no es fácil la tarea, pero también sé que con vuestra preparación profesional, entusiasmo e ilusión podréis hacer frente a cualquier dificultad.
Sirva este vuelo de conmemoración para recordar que, pese al tiempo que ha transcurrido, el camino del progreso y de la unión fraterna entre las dos orillas del Atlántico se ha mantenido y afianzado. En la época del Airbus y de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, podemos celebrar el aniversario del vuelo del Plus Ultra con orgullo y sin nostalgia, y saludar su recuerdo como un testimonio que nos corresponde continuar, ensanchar y hacer más fuerte.