Me alegra mucho estar hoy con todos ustedes en este acto que viene a centrar todas las iniciativas y actividades que, desde la Cámara, habéis programado a lo largo de este importante aniversario. Y bien está que conmemoremos ─que celebremos─ nada menos que el 1er Centenario de la Cámara de Comercio Alemana para España; una institución que durante un siglo ha contribuido con eficacia al fortalecimiento de las relaciones económicas y comerciales entre Alemania y España; y por tanto, también a nuestras buenas relaciones, a nuestra amistad duradera.
Enhorabuena por ello a esta Cámara de Comercio, y muchas felicidades también a quienes en este día han recibido las Medallas del Centenario y las Medallas Especiales que dan fe del compromiso de las empresas y personas distinguidas con el crecimiento económico y la prosperidad de nuestros dos países.
Alemania y España son naciones amigas que comparten valores e intereses y que cuentan con una perspectiva similar a la hora de afrontar los retos globales y los desafíos que plantea la economía internacional. Somos firmes aliados en la Unión Europea y por ella apostamos en todos los ámbitos, y mantenemos lazos bilaterales muy estrechos en lo económico, en lo comercial, entre otros, que se traducen claramente en generación de riqueza y creación de empleo.
Precisamente, en estos tiempos en que la economía internacional y europea se enfrenta a nuevos retos, conviene recordar que nuestro continente, con la creación de la Unión Europea, ha vivido el mayor periodo de paz, estabilidad y prosperidad de su historia. A este logro han contribuido, sin duda, instituciones como la Cámara de Comercio que hoy nos convoca. Y hoy nuestros dos países coinciden en que el camino a seguir no puede ser otro que el de fortalecer las estructuras europeas y seguir impulsando una Europa abierta al comercio y a las inversiones internacionales.
Señoras y señores,
Verdaderamente, al mirar hacia las relaciones económicas hispano-alemanas, resulta difícil evitar la tentación de ilustrar con datos una realidad tan positiva. Aunque sea brevemente, no quiero dejar de hacerlo en esta ocasión tan especial.
Alemania es el principal proveedor de España y nuestro segundo mejor cliente. En 2016, los intercambios comerciales entre ambos países superaron los 65.000 millones de euros y las exportaciones españolas hacia Alemania alcanzaron más de 28.000 millones de euros, lo que supone la cifra más alta en toda la serie histórica. Desde 2010, las exportaciones españolas hacia Alemania crecen ininterrumpidamente.
"...Este es, por tanto, un buen momento para seguir invirtiendo en nuestro país. Las oportunidades, además, no se limitan a inversiones en España o Alemania. Las cifras que hemos mencionado y la buena sintonía entre las empresas de nuestros dos países podrán animar a estas firmas a acordar nuevas alianzas con el objeto de trabajar en terceros mercados donde, conjuntamente, estén en disposición de poder presentar ofertas más sólidas. El encuentro de hoy puede, precisamente, ser también una buena ocasión para pensar en nuevos proyectos beneficiosos para ambas partes..."
La importaciones españolas de Alemania se centran en bienes de valor añadido con un intenso componente tecnológico, y entre ellas destacan los sectores de automoción, bienes industriales y de equipo, farmacéutico y bienes de consumo. Estos mismos sectores constituyen casi las tres cuartas partes de las exportaciones españolas a Alemania, lo que revela algo muy interesante, que es el carácter eminentemente intraindustrial y tecnológico de nuestro comercio bilateral. El elemento diferencial es el de la alimentación, que tiene más importancia en la exportación española que en la alemana.
Asimismo, Alemania es nuestro tercer mercado emisor de turistas, que ha llegado a superar los 11 millones de personas en 2016. La cifra es verdaderamente impresionante, pues significa que aproximadamente un 13% de la población alemana visitó España el pasado año.
Desde la perspectiva de la inversión, Alemania presenta un buen número de ejemplos de inversiones españolas exitosas que incluye compañías bien conocidas en todo el mundo en el ámbito financiero, en las infraestructuras, los componentes de automoción, las tecnologías de la información y las comunicaciones; también los bienes de consumo, las energías o los servicios empresariales. A su vez, Alemania está cada vez más presente en España y en nuestra economía. Las empresas alemanas establecidas en nuestro país son historias de éxito empresarial, una referencia en multitud de sectores y dan empleo directo a 170.000 trabajadores, e indirecto a unos 750.000.
Y a esta realidad tan positiva, como he querido calificarla, no ha sido ajena la labor de esta Cámara de Comercio Alemana que ha tendido puentes, promovido la cooperación y fomentado la integración entre las economías española y alemana.
Señoras y señores,
España es una nación que, desde su privilegiada situación geográfica y su singular tradición histórica, impulsa con fuerza su proyección económica hacia el resto de Europa y hacia Iberoamérica y los demás continentes. Este hecho favorece que nuestro país sea percibido como un destino de inversiones de alto valor añadido y como una plataforma para invertir no solo con la perspectiva de abordar el mercado interno, sino también para expandirse a terceros mercados. Efectivamente, las exportaciones españolas están creciendo sustancialmente y el 40% de las dirigidas a terceros mercados se llevan a cabo por multinacionales establecidas en nuestro país. Todo ello se está reflejando en la llegada de nueva inversión extranjera a España.
Este es, por tanto, un buen momento para seguir invirtiendo en nuestro país. Las oportunidades, además, no se limitan a inversiones en España o Alemania. Las cifras que hemos mencionado y la buena sintonía entre las empresas de nuestros dos países podrán animar a estas firmas a acordar nuevas alianzas con el objeto de trabajar en terceros mercados donde, conjuntamente, estén en disposición de poder presentar ofertas más sólidas. El encuentro de hoy puede, precisamente, ser también una buena ocasión para pensar en nuevos proyectos beneficiosos para ambas partes.
Así que con este deseo sincero de que la colaboración empresarial hispano-alemana sea cada aún más estrecha en el futuro, termino mis palabras. De nuevo, felicidades muy sinceras y con enorme reconocimiento a la Cámara de Comercio Alemana para España por este 1er Centenario, y mi enhorabuena a quienes han recibido sus medallas en una ocasión tan significativa.
Muchas gracias.