Muy buenas tardes señoras y señores,
Permítanme comenzar estas palabras expresando el honor que supone para mí clausurar este VII Foro Hispano-Alemán, y hacerlo ante personalidades tan distinguidas. Gracias por su invitación a los dos Copresidentes y a todos ustedes también gracias por su presencia y participación.
Me alegra especialmente venir hoy a este encuentro porque hace un mes que se cumplieron 10 años desde mi 1ª visita oficial a la RF de Alemania. No fue mucho tiempo después, apenas cuatro meses, de que El Foro Hispano-Alemán viera la luz –en un periodo marcado por el proceso europeo de integración- como respuesta al gran interés de nuestras respectivas sociedades en conocernos mejor.
Creo que es justo agradecer a todos los responsables de organizar este encuentro su buen trabajo y felicitarles por mantener encendida esta vela del compromiso y la voluntad de contribuir al acercamiento aún mayor entre nuestros países, entre los pueblos alemán y español; de ayudar a entender y comprendernos mejor, a fomentar una mayor amistad y solidaridad entre nosotros, como dos de las grandes naciones de la Unión Europea.
Así podemos afirmar que diez años después este Foro constituye uno de los marcos más relevantes de diálogo entre las sociedades alemana y española.
En efecto, los comienzos del Foro transcurrieron en paralelo con las profundas transformaciones que estaba generando el espacio común europeo de libertad, estabilidad y prosperidad. Nuestra condición compartida de ciudadanos europeos nos convertía en corresponsables del proyecto común y nos exigía por ello un diálogo más intenso entre nuestros países y sociedades.
El Foro recogía asimismo la realidad de una relación bilateral cada vez más pujante en muy diversos campos. En el ámbito económico, si recordamos las cifras de nuestro comercio bilateral o el volumen de inversión mutua, podemos comprobar el vigor de nuestra relación incluso en estos tiempos de crisis. Las cifras han ido evolucionando de manera especialmente positiva en lo que se refiere a la presencia española en Alemania, tanto en el volumen de inversión acumulada, que pasa de menos de 4.000 millones de euros estimados en 2002 a un stock de inversión española de casi 20.000 millones, como en lo relativo a las exportaciones, que crecen en estos 10 años un 50%.
Y al resaltar estas cifras quiero sobre todo subrayar un dato muy relevante: hoy en día las empresas españolas dan trabajo a unas 73.000 personas en Alemania mientras que, paralelamente, las empresas alemanas emplean a 211.000 trabajadores en España.
"...En estos tiempos difíciles son muchos los ciudadanos que están asumiendo duros sacrificios, con la esperanza de que las reformas emprendidas contribuyan a garantizar la sostenibilidad de nuestro modelo social. En cualquier coyuntura, pero sobre todo en tiempos de crisis, la superación de los desafíos se logrará teniendo en cuenta el marco de interdependencia en el que vivimos y huyendo de actitudes insolidarias que, a la postre, se traducen en resultados estériles e incluso contraproducentes. ..."
Este salto cualitativo se ha reflejado igualmente en otros ámbitos, como las relaciones culturales y científicas, y tiene como fundamento el interés, el respeto y el afecto recíprocos entre españoles y alemanes a los que se suma, sin duda, una relación económica de primer orden.
El Foro Hispano-Alemán es el escenario en el que cada dos años las sociedades civiles española y alemana analizan esta creciente vinculación. En esta edición se ha centrado en importantes desafíos del presente, que son a su vez fundamentales para nuestra cooperación en el futuro.
Por un lado, ha abordado la imagen que proyecta cada una de nuestras respectivas sociedades, influidas actualmente sin duda por la crisis económica y por los debates sobre sus efectos y vías de solución. Conocer esta proyección de nuestra realidad es un paso indispensable para entender la realidad misma, tantas veces distorsionada por estereotipos y prejuicios que hacen a veces difícil la comprensión mutua.
Estas jornadas se han ocupado también de uno de los retos mayores para la sociedad española y otras europeas. El futuro de la juventud en muchos países depende de un esfuerzo intenso e imaginativo en el ámbito de la formación que sirva para mejorar las posibilidades de empleo de los jóvenes que, en España especialmente, sufren unas dramáticas tasas de paro. Responsables públicos y privados han reflexionado sobre las vías para que nuestra juventud pueda acceder en mejores condiciones al mercado de trabajo, conectando de manera más eficiente las necesidades de nuestro tejido productivo con la oferta formativa de nuestras instituciones educativas.
Precisamente para impulsar la creación de esos puestos de trabajo que tanto necesitamos el Foro ha abierto un espacio para debatir sobre las nuevas formas de financiación empresarial, con el fin de reflexionar sobre alternativas que permitan a los empresarios potenciar la innovación y la generación de empleo. Es éste, sin duda, un debate central para la sostenibilidad de nuestro crecimiento económico y para su protección frente a las crisis de liquidez que están en el origen de algunos de los problemas que estamos viviendo en Europa.
Con el impulso de nuestra cooperación bilateral podremos identificar formas de abordar retos comunes que sirvan para resolver, a nivel nacional y europeo, los problemas que afectan a nuestras sociedades. En estos tiempos difíciles son muchos los ciudadanos que están asumiendo duros sacrificios, con la esperanza de que las reformas emprendidas contribuyan a garantizar la sostenibilidad de nuestro modelo social. En cualquier coyuntura, pero sobre todo en tiempos de crisis, la superación de los desafíos se logrará teniendo en cuenta el marco de interdependencia en el que vivimos y huyendo de actitudes insolidarias que, a la postre, se traducen en resultados estériles e incluso contraproducentes.
Por ello, el Foro afirma nuestra voluntad común de trabajar juntos en una relación bilateral cada vez más intensa y fecunda, y de proyectar nuestra reflexión en la dimensión europea que compartimos y que nos permite tener una interlocución más efectiva en un mundo globalizado. No podemos dejar de recordar que la Unión Europea es uno de los principales motores de progreso del planeta. El modelo europeo, que combina protección social con una economía de libre mercado altamente competitiva, es una seña distintiva de la Unión y de sus miembros que debemos saber preservar y fortalecer.
Todo ello exige un proceso permanente de reflexión y una puesta en común de propuestas y soluciones. Estoy seguro de que para servir a este objetivo el Foro continuará cumpliendo su papel dinamizador del diálogo hispano-alemán de una forma aún más intensa. Sabéis que en ese propósito siempre contaréis con todo mi apoyo.
Termino ya mis palabras felicitando de nuevo a quienes han hecho posible estas jornadas y levantando mi copa con todos ustedes por que el diálogo entre las sociedades alemana y española que fomenta el Foro Hispano-Alemán se estreche aun más en el futuro.
Muchas gracias.