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omo sabéis nos alegra y nos agrada de manera especial este encuentro con todos vosotros al terminar el año académico; para sentir cerca el pulso del Instituto Cervantes y conocer sus proyectos; para veros y escucharos, que es la mejor forma de valorar vuestroánimo, ideas y preocupaciones de cara al nuevo curso. Y lo hacemos en uno de los lugares más simbólicos posibles, las tierras del Quijote por excelencia.
Nos convocáis en Alcázar de San Juan, que nos recuerda con orgullo su historia como centro de romanización y municipio de los Hospitalarios, al que el Rey Alfonso XII concedió el título de ciudad en 1877. Y agradecemos de corazón a los alcazareños, a su Alcalde y Corporación municipal que nos reciba hoy con la generosidad de su gente, con la solera de sus edificios, con la belleza de sus lagunas; y también -cómo no decirlo- con esa suma de tradición, cultura y calidad que atesoran sus productos, sus quesos y sus vinos. Gracias también, Alcalde, por ese obsequio del poema de José Corredor Matheos.
Es seguro que Alcázar y toda la Comunidad de Castilla-La Mancha, daránánimo e inspiración a la gran tarea que os aguarda en vuestros respectivos Centros.
Sabemos -tal y como informó la Directora en laúltima reunión del Patronato del Instituto- que la demanda de la lengua española crece en todos los continentes.
De hecho, este curso nos han llegado noticias muy alentadoras: Brasil ha alcanzado en poco tiempo cinco millones de estudiantes de español en la enseñanza secundaria, frente al millón que registraba hace sólo unos años. Y la querida República de Filipinas ha abierto la puerta a la reintroducción de nuestra lengua en su sistema educativo, contando con los esfuerzos de este Instituto.
También en este Curso SS.MM. los Reyes inauguraron el Cervantes de Sidney. Por nuestra parte, la Princesa y yo hemos tenido el orgullo de acompañaros en las inauguraciones de los nuevos y espléndidos Centros y sedes del Instituto en Chicago, Delhi y Rabat, en las que volvemos a dar testimonio de nuestro apoyo permanente a vuestra apasionante tarea en todo el mundo.
Hoy compartimos con vosotros una alegría adicional: la definitiva puesta en marcha del Sistema Internacional de Certificación del Español como Lengua Extranjera (SICELE) el pasado 2 de junio. Un Sistema que 130 instituciones de España y de toda Iberooamérica acordaron en la Universidad mexicana de Guadalajara. Sin duda, la aprobación por todas ellas de los criterios y normas necesarios para certificar el conocimiento del español, aporta a ese acuerdo una trascendencia formidable.
Al armonizar los criterios con los que todos los países de habla hispana certificamos los conocimientos de español, habéis prestado un servicio vital a los estudiantes, y así también, y sobre todo, a la unidad esencial de nuestra lengua. Una excelente manera de seguir potenciando el español como cauce de comunicación e instrumento de creación.
En fin, si habitualmente leemos a Pedro Salinas, Juan Rulfo o Adolfo Bioy Casares -más allá de sus respectivas nacionalidades de origen-, o si reconocemos como nuestros la pintura de Zóbel, la música de Astor Piazzolla o el teatro de Lope, es porque formamos parte del amplio universo cultural, potenciado por una lengua tan homogénea como variada. Trabajar para cuidarlo, acrecentarlo y extenderlo es en parte vuestra honrosa y bella tarea.¡Qué suerte, qué privilegio, qué responsabilidad!
Al mismo tiempo, en nuestro mundo globalizado y abierto, los idiomas se han convertido en un poderoso aliado del crecimiento económico. La sociedad de la información vive y depende de las lenguas, hasta el punto de que gran parte de los avances tecnológicos actuales giran alrededor del lenguaje humano.
Así, la lengua ha pasado a ser un recurso clave en nuestra sociedad internacional, que se caracteriza por la comunicación permanente. En concreto, los países con idiomas de alcance universal, cuya demanda de aprendizaje aumenta cada día sin cesar, hoy disponen de sobresalientes ventajas comparativas, pues sus emprendedores pueden crear más fácilmente -apoyados en la lengua- nueva riqueza, empleo y bienestar social. El español, que el Cervantes promueve con gran profesionalidad, es la gran autopista que permite a cuantos lo hablamos circularágilmente por la sociedad global.
Ahora bien, el Instituto además de impulsar con acierto la cultura en español, también ha conseguido importantes logros adicionales. Entre ellos, quiero destacar que fue pionero en apostar por las tecnologías de la información y la comunicación. Como ha señalado la Directora, ahora debemos continuar y reforzar esa tendencia. Las lenguas se juegan gran parte de su futuro en Internet y el uso del español puede crecer aún con más fuerza en el mundo digital. Asimismo, la Red es un aliado inmejorable para dotar a vuestro trabajo de la máxima proyección.
Enhorabuena, pues, a la Directora y a todo el Instituto Cervantes; a sus directivos, profesores, administrativos y a cuantos participan en su apasionante tarea, extendida a los cinco continentes.
¡Confiamos en vosotros! Al satisfacer la necesidad de conocimiento del español, trabajáis para el futuro; reforzáis el peso creciente de nuestra lengua, la proyección de nuestra Nación y la de todos los países hispanohablantes. No sólo estáis en primera línea, sino que con vuestro empuje abrís nuevos horizontes a toda España, en los cuatro puntos cardinales.
Felicidades de corazón y muchas gracias por lo que hacéis.