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os alegramos de tener ocasión de saludar, una vez más, a los miembros de este Patronato, y de reiterar nuestra satisfacción por ostentar la Presidencia de Honor de esta Fundación, cumpliendo la voluntad de Salvador Dalí, que así lo dispuso.
La sincera amistad que nos unió a su persona y la profunda admiración que sentimos por su obra se perpetúan en el afecto que profesamos a esta institución y a sus proyectos.
Sabemos que la Fundación quiere ser ejemplo de gestión ante el mundo cultural español, y se esfuerza constantemente en conseguirlo, a través de su labor de protección, conservación, defensa y divulgación del nombre y la obra del pintor.
La diligencia con que lleva a cabo su tarea se manifiesta en una serie de actividades relevantes, entre las que destacan la cantidad y calidad de las obras adquiridas durante los ocho últimos años, la continua edición de textos sobre Salvador Dalí, la organización de importantes exposiciones en España y en el extranjero, y la apertura y gestión de las Casas-Museo de Púbol y Port Lligat.
La calidad de su trabajo, apoyado por la magnífica labor de la Asociación de Amigos de los Museos Dalí, es bien conocida, como demuestra el número de visitantes que recibe de los cinco continentes y que se incrementa año tras año.
Al conjunto de sus méritos se une la preocupación por la eficacia, de la que son buena muestra sus excelentes resultados económicos y la lucha incansable que lleva a cabo contra el fraude.
Quiero finalmente destacar que la Fundación es la única gestora tanto del patrimonio como de los derechos de propiedad intelectual e industrial del Maestro Dalí en todo el mundo.
Os agradecemos especialmente los esfuerzos que realizáis a nivel internacional en defensa del buen nombre de Salvador Dalí, en nombre del Estado español, heredero, por expresa voluntad del artista, de todos sus derechos. Si Dalí goza en estos momentos de una enorme proyección internacional, es en buena medida gracias a la dedicación de la entidad que le representa. Desde nuestra última visita en mayo de 1994, en que inauguramos las llamadas Nuevas Salas, seguimos con atención las actividades de la Fundación y las buenas noticias que nos ha proporcionado a todos los españoles. Con la incorporación de la Infanta Cristina al Patronato en noviembre de 1998, nuestro ya estrecho vínculo con la vida y la obra de Salvador Dalí ha quedado reforzado en el presente y hacia el futuro.
Tras oír con interés los informes que se nos han presentado, felicitamos muy sinceramente al Patronato y a todo el equipo directivo, animándoles a seguir distinguiéndose en la ardua y ejemplar misión a la que consagran con orgullo todas sus capacidades.
Este año coincide con la celebración el veinticinco aniversario de la inauguración del Teatro-Museo de Salvador Dalí. En su nombre os invito a seguir en esta línea con el entusiasmo y la generosidad de que venís dando tantas y tan altas pruebas.
Enhorabuena, y muchas gracias.