V
engo con mucho gusto a presidir la inauguración de este Vigésimo Quinto Congreso Internacional de Matemáticos, un evento científico de primer orden que, a su trayectoria más que centenaria, suma un indudable prestigio y significado a escala mundial.Dirijo mi más afectuoso saludo a todos los participantes, mi cordial bienvenida a España a los procedentes de otros países y mi más sincera felicitación a los organizadores de este Congreso en Madrid.Es para mí un motivo de especial satisfacción que este Congreso, con cerca de cuatro mil científicos de más de cien países, se celebre por primera vez en nuestro país.De ahí que quiera expresar mi reconocimiento y aprecio a la comunidad matemática española, cuyo merecido prestigio, probado esfuerzo y cohesión, han logrado que España - y más concretamente Madrid - sean este año centro de atención de la comunidad matemática internacional.Este Congreso nos permite conocer los avances fundamentales que registra la investigación en esta disciplina, así como subrayar y promover en nuestras respectivas sociedades la enorme importancia que las Matemáticas revisten. Importancia por ser un instrumento básico para comprender el mundo, por constituir un pilar indiscutible de la educación, y por representar una herramienta imprescindible para asegurar el progreso en beneficio de la Humanidad.Galileo ya nos dijo que el mundo está escrito en lenguaje matemático; para entenderlo, nada mejor que iniciativas, reuniones y congresos como el que hoy nos reune en Madrid.Entender mejor el mundo en que vivimos, utilizando la universalidad de las Matemáticas, es además una tarea que refuerza la cooperación entre países, sociedades y culturas diversas.Resulta asimismo evidente que el alto valor que las matemáticas tienen para la educación requiere de nuestra atención y dedicación.Se considera con razón que las Matemáticas son la tecnología clave. Así lo afirma la Declaración que en 2000 hicieron pública la Unión Matemática Internacional y la UNESCO con ocasión del Año Internacional de las Matemáticas.Dependemos, y seguiremos dependiendo cada vez en mayor medida, del punto de apoyo imprescindible que suponen la investigación, la tecnología y la innovación, para el futuro de nuestro desarrollo económico y de nuestro bienestar social.Por ello, hemos de favorecer el desarrollo matemático como elemento esencial para un progreso capaz de asegurar un desarrollo sostenible al conjunto de la Humanidad.También las empresas deben sumarse, con creciente intensidad, a una disciplina que ha resultado esencial para nuestro desarrollo, siendo por ejemplo el soporte básico para alcanzar la Sociedad de la Información de que disfrutamos en nuestros días.España lleva esforzándose con especial ahínco, y lo seguirá haciéndolo en el futuro, para promover su desarrollo tecnológico.Proyectos como el andldquo;Programa Ingenio 2010andrdquo; se vuelcan hacia esa meta. Nos congratula ver que los matemáticos españoles no han dejado pasar la oportunidad de participar en tan ambicioso programa de I+D+i.Pero este Congreso tiene otros aspectos que me gustaría destacar. Con 120 países representados, el número más alto de su historia, aspira a lograr una representación y participación universales.Ello es posible gracias a los programas de ayudas para la participación de matemáticos de países en dificultades económicas, siguiendo una vieja tradición de la Unión Matemática Internacional a la que España es especialmente sensible.Además, este Congreso ha hecho un enorme esfuerzo por acercar las Matemáticas a los ciudadanos, buscando su mayor divulgación y conocimiento en la opinión pública.Todo ello, a través de exposiciones, actos culturales diversos, y reforzando la presencia en los medios de comunicación.Dicho esfuerzo divulgativo reviste una especial importancia pues resulta fundamental para estimular nuevas vocaciones científicas en el mundo entero.Estos Congresos permiten además que cada cuatro años la comunidad matemática internacional pueda conceder, con toda la solemnidad que merecen, sus más preciadas y valiosas distinciones.Me refiero a las Medallas Fields, al Premio Nevanlinna y al Premio Gauss, todos ellos galardones de indiscutible prestigio que acabamos de entregar a sus ganadores en esta nueva edición.Las Medallas Fields se conceden desde hace 70 años a matemáticos menores de cuarenta años por sus contribuciones más sobresalientes en aspectos básicos de la disciplina; el Premio Nevanlinna se entrega desde 1982 a las mejores aportaciones matemáticas a la Sociedad de la Información; y el Premio Gauss, que se otorga por primera vez este año en Madrid, distingue una labor extraordinaria para la mejora de nuestra vida cotidiana.Dirijo mi más efusiva enhorabuena a todos los galardonados en esta edición.Su labor, trayectoria y méritos científicos, así como su aportación al desarrollo y bienestar de nuestras sociedades, merecen el reconocimiento de todos y constituyen un ejemplo y un estímulo para el conjunto de la comunidad matemática internacional.Para concluir quiero reiterar mi más sincero apoyo a la importante labor que, desde hace más de un siglo, desarrolla la Unión Matemática Internacional. Hago los mejores votos para que el próximo Congreso, a celebrar en la India, sea un éxito como estoy seguro lo va a ser el de Madrid.Declaro inaugurado el Vigésimo Quinto Congreso Internacional de Matemáticos de 2006.Muchas gracias.