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ucho agradezco vuestro cálido recibimiento y las amables palabras que me habéis dirigido.
Vengo con mucho gusto a la sede de la Fundación Rafael del Pino para presidir este Acto de SECOT y felicitaros muy cordialmente en vuestro Vigésimo Aniversario, que subraya la juventud y la solidez de vuestra Asociación.
También quiero daros mi más cordial enhorabuena por la consolidación de esta iniciativa, que aglutina a ejecutivos jubilados para ofrecer -con generosidad y eficacia- a los más jóvenes, vuestros conocimientos y experiencia sobre la gestión empresarial.
SECOT demanda tres requisitos a sus interlocutores: carecer de recursos, tener un proyecto y sentirse capaz de realizarlo.
Por otra parte, aporta orientaciones basadas en tres grandes valores: saber, profesionalidad y estímulo.
Orientaciones definidas siempre por un sólido realismo. En efecto, vuestra Asociación no nació para suplantar al emprendedor, sino para ayudarle a tomar sus propias decisiones.
Pues bien, me satisface comprobar que habéis sabido lograr estos objetivos.
Más aún, en estos veinte años -en que he seguido vuestra actividad- SECOT ha mantenido los principios con que nació: por un lado, la naturaleza empresarial y voluntaria de esta Asociación; por otro, la magnanimidad y solidaridad de sus miembros.
De este modo, SECOT ha actuado como motor dinámico para la creación de puestos de trabajo y para conservarlos.
Al mismo tiempo, vuestra Asociación apoya con mano experta a empresas y emprendedores en la gestión de su presente y su futuro, también en tiempos de grave crisis económica, como los que vivimos, cuando arrecian y se ponen de proa los vientos de la vida empresarial.
Por ello, vuestro consejo ha dado alas tanto a la iniciativa empresarial, como a la necesaria asunción de riesgos, y a la búsqueda de la más alta calidad posible en cada caso.
En realidad, no sólo habéis transmitidoútiles técnicas, conocimientos y experiencias, sino un modo de hacer, presidido por virtudes claras y exigentes: honradez y lealtad, laboriosidad y tarea siempre bien acabada.
En suma, vuestro afán en estos veinte primeros años de esfuerzos y logros merece mi más cordial enhorabuena.
Agradezco, en particular, vuestro trabajo generoso y altruista, que facilita la mejor integración de los jóvenes y de los colectivos que más lo necesitan.
Os aliento a continuar esta labor, que beneficia a España y a nuestra entera sociedad. Un afán para el que podéis contar con todo el aliento, estímulo y afecto de la Corona.
Muchas gracias.