S
eñor Presidente,
Quisiera, en primer lugar, agradecer muy sinceramente Vuestras amables palabras, así como la calurosa acogida con que habéis querido recibirnos.
Para la Reina y para mí constituye un motivo de muy especial satisfacción poder visitar de nuevo Vuestro gran país, con el que España mantiene, en tantos ámbitos, crecientes lazos de amistad y cooperación.
En 1983 ya tuvimos la grata oportunidad de realizar nuestra primera Visita de Estado a Argelia, cuando acababan de cumplirse poco más de dos décadas de su ansiada independencia.
También recordamos con especial agrado las distintas ocasiones en que hemos tenido el privilegio de recibiros en España. En particular, Vuestra Visita de Estado en 2002 como Presidente de la República Argelina Democrática y Popular.
Nuestra amistad y los sinceros sentimientos de afecto y respeto hacia Vuestra persona, Señor Presidente, refuerzan aún más si cabe la relación de amistad entre nuestros países, avalada por la vecindad geográfica y tantos lazos históricos. Nuestros dos pueblos comparten esos mismos sentimientos y la voluntad de ser, junto a nuestros gobiernos, instituciones y empresas, actores de un acercamiento cada vez más estrecho y necesario.
La cooperación y el entendimiento son la mejor forma de garantizar un futuro común de estabilidad y prosperidad.
Señor Presidente,
El Mediterráneo ha sido el mar común donde se han forjado la historia y la identidad de nuestros dos países. Una historia centenaria en cuyo desarrollo pueblos diversos fueron acuñando la civilización del mundo mediterráneo.
España constituye un ejemplo singular de esta rica y fructífera diversidad, como ponen de manifiesto las ciencias, artes y letras de ocho siglos de influencias recíprocas.
La internacionalización de los saberes estuvo representada por figuras como Alfonso X El Sabio y su Escuela de Traductores de Toledo, por el historiador y sociólogo Ibn Jaldún, cuya exposición vamos a inaugurar conjuntamente esta tarde, o por el filósofo Averroes y el pensador mallorquín Ramón Llull, profundo conocedor de la lengua árabe y de la teología musulmana, objeto de una importante exposición que la Reina acaba de inaugurar en el marco de nuestra Visita.
Por todo ello, mucho nos satisface que Argel sea este año Capital Árabe de la Cultura, una celebración a la que España quiere asociarse de manera activa, comprometida como está con los frutos que pueden cosecharse del pasado común, ilustrado por la reciente inauguración de la Casa Árabe en España.
La presencia y contactos de España con ciudades como Orán, Tremecén, Argel o Bujía son igualmente centenarios.
Como lo es también el testimonio de Don Miguel de Cervantes, conocido como ?Información sobre Argel?, que versa sobre su estancia en la ciudad de 1575 a 1580, decisiva para su manera de entender la literatura.
Señor Presidente,
El pasado común tiene valor por sí mismo, tanto más si somos capaces de proyectarlo sobre el presente y utilizarlo como acicate para avanzar en nuestra cooperación.
Nuestras relaciones estrechas y privilegiadas con Argelia son una prioridad de primer orden para España. Desde Vuestro primer mandato, habéis demostrado una clara visión del futuro de Vuestro país y de su lugar en el mundo, marcando el rumbo de Argelia. Un rumbo que se dirige tanto hacia la concordia y el entendimiento políticos, como hacia la modernización económica y social, empeños ambos que España apoya sin reservas.
El Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación de 2002, en cuyo marco hemos celebrado ya tres Reuniones de Alto Nivel, nos ha permitido intensificar la cooperación bilateral y ampliarla a un número cada vez mayor de temas y cuestiones de interés común. En el ámbito económico nuestra relación es cada vez más sólida, estable y diversificada, no sólo en el plano comercial, sino también como socios para contribuir al desarrollo y a la creación de empleo.
Quiero desde aquí hacer un llamamiento a las empresas españolas para que se involucren plenamente en Argelia, de forma dinámica y eficaz, a la luz de la clara voluntad de Vuestro Gobierno, de favorecer e incentivar con sus decisiones la contribución española a la construcción del mejor futuro para Vuestro país.
El Encuentro Empresarial España-Argelia, que se celebra en estos días y que clausuraremos pasado mañana, es prueba de nuestra común voluntad de intensificar los lazos económicos bilaterales.
En materia energética las relaciones entre Argelia y España han alcanzado la madurez, habiendo demostrado en todo momento Vuestro país ser un suministrador serio y fiable con el que queremos crear cuanto antes el partenariado económico y energético acordado durante la última Reunión de Alto Nivel.
El gasoducto ?Medgaz?, al igual que el gasoducto ya existente, las energías renovables, la interconexión eléctrica y otros proyectos en curso, deben hacer que la interdependencia entre las dos economías sea una realidad, haciendo también de España una puerta hacia Europa para Argelia.
Señor Presidente,
La situación internacional, caracterizada por considerables desafíos como la erradicación de la pobreza, la gestión apropiada e integral de los flujos migratorios, la lucha contra el terrorismo o los retos que plantea el cambio climático, requieren cooperar en el plano multilateral para superarlos con éxito.
En este marco, España pretende ser un factor de paz, diálogo y solidaridad internacional, también respecto de conflictos internacionales que se prolongan desde hace demasiado tiempo y para los que querríamos ver una pronta solución, justa y duradera.
Así, España se está esforzando en reactivar el Proceso de Paz de Oriente Medio con vistas a la finalización de la ocupación y la creación de un Estado Palestino viable e independiente, que viva en paz con Israel a lo largo de fronteras seguras.
Es igualmente urgente, como ha puesto recientemente de relieve mi Gobierno, encontrar una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable para la cuestión del Sahara Occidental, que prevea la libre determinación y a la que se llegue a través del diálogo entre las partes en el marco de las Naciones Unidas.
El Magreb es una zona prioritaria natural para la acción exterior de España. España, que se ha beneficiado de la estabilidad y prosperidad derivadas de la integración regional europea, apoya decididamente la Unión del Magreb Árabe y alberga la esperanza de que nuestros amigos y vecinos de la UMA puedan avanzar hacia una mayor integración regional.
Asimismo, seguiremos impulsando el Proceso de Barcelona, el foro mediterráneo más completo y con más instrumentos para construir una sólida comunidad de intereses entre todos sus socios. Por último, quiero mencionar la atención creciente que España está prestando al Continente Africano, referente constante y prioritario del destacado papel internacional de Argelia y sobre el que estamos llamados a mantener una agenda común.
Nuestro compromiso de mayor presencia, diálogo y solidaridad quedó ilustrado con la reciente creación de la Casa África en las Islas Canarias.
Señor Presidente,
Ese gran pensador argelino de la modernidad que fue Malek Bennabi, cuyo centenario se conmemoró hace dos años, ya insistía lúcidamente en 1954, en el deber de contribuir a la paz, al crecimiento y al bienestar, cuando escribió: ?Para integrarse efectiva y eficazmente en la evolución del mundo hay que conocerlo, conocerse y darse a conocer, apreciando los valores propios y todos los que constituyen el patrimonio de la Humanidad?.
Ojalá que esa visión adelantada de la relación entre vida, cultura y religión, que también compartió muchos siglos antes Ibn Jaldún, aliente siempre las crecientes relaciones de amistad y cooperación entre Argelia y España.
Muchas gracias.