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uisiera, al iniciar mis palabras, invitaros a todos a dirigir un recuerdo emocionado a los dos compatriotas vilmente asesinados antes de ayer por terroristas de ETA.
Nuestra condena de este crimen repugnante es tan firme como nuestra determinación de defender la libertad frente a la opresión, la democracia frente al totalitarismo, la convivencia en paz frente a la sangre como arma política. La violencia no logrará nunca someter al País Vasco, a España, al delirio de unos pocos fanáticos.
Queridos compatriotas,
Queremos manifestaros nuestra gran satisfacción por encontrarnos aquí entre vosotros.
La distancia con la patria ensalza en muchos casos lo mejor de nuestro ser español. En este caso, sois vosotros quienes nos dais una permanente lección de fidelidad y solidaridad hacia esos valores que constituyen la esencia de España. Por ello, es a vosotros a quienes en tantas ocasiones volvemos la mirada para sentirnos reconfortados y a la vez espoleados en nuestros afanes.
Estamos concluyendo nuestra visita de Estado a esta capital. Me resulta sumamente grato deciros que, tanto la acogida que nos han dispensado el Presidente y la señora Clinton como las conversaciones mantenidas con todas las personalidades que nos han recibido, nos han dado la medida del prestigio y respeto que España va ganando día a día en el contexto internacional y muy en concreto en Estados Unidos. Vosotros, con vuestro buen hacer, como muestra destacada que sois de la España actual, moderna y abierta, habéis contribuido también a este progresivo cambio de imagen, y podéis estar orgullosos de ello.
Las relaciones entre España y Estados Unidos han crecido en intensidad y en variedad en los últimos años. Los acuerdos y contactos entre empresas, asociaciones, instituciones y personas van multiplicando sus positivas consecuencias en la realidad de los intercambios comerciales, culturales, científicos e industriales. Participamos conjuntamente en nuevos campos de investigación y desarrollo tecnológico y en proyectos empresariales.
Aquellos objetivos de relación establecidos en los Convenios como metas lejanas hace muy pocos años, se ven ya superados por la realidad. España y Estados Unidos han creado un auténtico entramado de nexos de toda índole, cuyo éxito presente augura las mejores perspectivas en el inmediato porvenir.
Esta extraordinaria realidad no sería posible sin la visión, inteligencia, esfuerzo y capacidad de innovación y riesgo que muchos de vosotros habéis demostrado, y que debe llenaros de justa satisfacción y orgullo.
Estados Unidos es un país en el que la lengua y la cultura españolas, la presencia hispana, están en clara expansión. Este hecho incontrovertible debe servirnos a los españoles de estímulo para incrementar aún más nuestra presencia en este gran país. Estad seguros de que la Reina y yo estaremos siempre a vuestro lado para apoyaros en ese empeño.
Muchas gracias.