oña Sofía recibió a monseñor Enrique Figaredo, que informó a Su Majestad de las novedades en los proyectos de cooperación y ayuda humanitaria que se desarrollan en aquella zona de Camboya.
Durante su viaje de cooperación en febrero de 2008, la Reina ya tuvo oportunidad de conocer sobre el terreno, de manos de monseñor Figaredo, la labor que se lleva a cabo en aquel país.
En aquella ocasión, Su Majestad presenció las tareas de desminado en Battambang y conoció el Centro Arrupe, que cuenta con dos edificios de viviendas para 42 niños discapacitados, un taller de montaje de sillas de ruedas, un centro de formación y de producción textil y una tienda.
Enrique Figaredo Alvargonzález nació el 21 de septiembre de 1959 en Gijón. Es el séptimo de ocho hermanos y estudió Económicas en la Facultad Complutense de Madrid y Filosofía en Salamanca, antes de presentarse como voluntario al Servicio Jesuita de Refugiados en 1985. Destinado a Tailandia para cuidar de los refugiados camboyanos, su labor se centró en los servicios sociales y la educación para los mutilados. Al final de su estancia en el sureste asiático visitó Camboya para poder entender el conflicto que estaba causando tantas fatalidades.
En 1988 vuelve a España, pero cinco años más tarde, llamado por su deseo de ayudar a los más necesitados, vuelve a Camboya, país en el que permanece hasta el día de hoy y en el que ha desarrollado la silla de ruedas "Mekong", hecha de madera y con tres ruedas. Enrique Figaredo colabora además con la campaña internacional para la prohibición de minas antipersona, que recibió el Nobel de la Paz.
En julio de 2000 fue nombrado Prefecto Apostólico de Battambang, una prefectura que engloba ocho provincias de Camboya. En 2004 el gobierno español le concedió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad y en 2007 obtuvo el Premio Fundación Emilio Barbón. Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina le entregó el Premio Casa Asia, por su trabajo en favor de las víctimas por la explosión de minas antipersona en Camboya y por su gran labor social desarrollada en este país asiático. En 2008, Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias le entregaron el Premio Vocento a los Valores Humanos.