su llegada, Don Juan Carlos fue recibido por el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar; el presidente del Club Español del Arbitraje, José María Alonso; y el presidente de Comité Organizador del Congreso, Julio González-Soria.Tras saludar a los miembros del Club Español del Arbitraje, Su Majestad el Rey accedió al Auditorio del Príncipe y ocupó su lugar en la mesa presidencial.Procedió seguidamente Don Juan Carlos a abrir la sesión y conceder sucesivamente la palabra al presidente de Comité Organizador del Congreso, el presidente del Club Español del Arbitraje y el ministro de Justicia.
A continuación, el Rey pronunció unas palabras, en las que subrayó "la enorme trascendencia del arbitraje como instrumento que propicia y aumenta la seguridad jurídica, un factor absolutamente clave y condicionante de las inversiones y las transacciones comerciales en el mundo abierto y globalizado de nuestros días", y el prestigio internacional de las instituciones españolas administradoras de arbitraje.Asimismo, Don Juan Carlos manifestó que "los países iberoamericanos se encuentran en un proceso de desarrollo económico muy importante. En ese proceso, la debida seguridad jurídica es un factor muy significativo para las relaciones económicas y, en general, para las inversiones extranjeras. También lo es para el incremento de las relaciones e intercambios comerciales entre los diferentes países de aquel Continente. En esta situación, la institución arbitral puede ser un instrumento de suma importancia para favorecer e incrementar esas relaciones. España está en condiciones de prestar su colaboración para conseguir los mejores resultados".Una vez levantada la sesión por Su Majestad, procedió a reunirse con la junta directiva, y seguidamente con el resto de asistentes en el Salón Alcalá, con los que departió durante unos minutos. Tras concluir el acto, Don Juan Carlos fue despedido por las mismas personas que le recibieron a su llegada.
El arbitraje es un sistema privado de resolución de conflictos alternativo a la vía judicial, que en el comercio internacional aporta una serie de ventajas, como la rapidez en la resolución, la especialización de los árbitros, la confidencialidad y el establecimiento de un foro neutral para dirimir las diputas. Está basado en el Convenio de Nueva York de 1958, que es un tratado internacional sobre reconocimiento y ejecución de laudos internacionales extranjeros, suscrito por más de un centenar de países.Nuestro país cuenta con una de las legislaciones más avanzadas del mundo en el tema, la Ley 60/2003 de Arbitraje, que convierte a España en sede natural para la resolución de conflictos en que una de las partes sea hispanohablante, idea de la que surge el Club Español del Arbitraje.Esta entidad fue creada en junio del pasado año por los principales despachos de abogados y profesionales independentes activos en arbitraje. De los 29 profesionales que comenzaron esta iniciativa, cuenta en la actualidad con 180 miembros de 20 países, que ejercen el arbitraje internacional.Tiene como objetivos promover el conocimiento y la aceptación del arbitraje como mecanismo eficaz para la resolución de controversias entre empresas, y servir de foro para el intercambio de ideas y conocimientos entre profesionales.Para promover este mecanismo, se ha organizado este I Congreso Internacional bajo el lema "El arbitraje en Europa e Iberoamérica: perspectivas actuales y retos futuros", que se celebra en Madrid en los días 12 y 13 de junio. Este encuentro abordará la situación del arbitraje en torno a cuatro grandes temas: