su llegada a la Academia Olímpica Española, Don Felipe fue recibido por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente del Conseo Superior de Deportes (CSD), Jaime Lissavetzky, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, y el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. Seguidamente, el Príncipe de Asturias fue saludado por el presidente de honor del COI, Juan Antonio Samaranch, la vicepresidenta primera del COE, Theresa Zabell, el secretario general del COE, Víctor Sánchez, la esposa del presidente del COI, Anne Rogge, y el presidente de la Academia Olímpica Española, Conrado Durántez.
Tras acceder al interior, Su Alteza Real ocupó su lugar en la primera fila de asientos. Después de la interpretación del himno olímpico, el secretario general del COE, actuando como maestro de ceremonias, dio paso a las intervenciones del presidente del COE, del presidente de la Academia Olímpica Española, del presidente del COI y, finalmente del Príncipe de Asturias.
Don Felipe señaló que el Olimpismo "como movimiento cultural y filosófico trasciende con mucho la dimensión deportiva. Nos aporta un códigoético para la vida basado en la no discriminación, la compresión mutua, la amistad, la solidaridad y el juego limpio", y puso de relieve que "no hay actividad humana que posea la capacidad de convocatoria de un mosaico tan variado de razas, lenguas, religiones, sistemas políticos o tendencias culturales como el que el Olimpismo congrega a través de sus Juegos de verano e invierno".
El Príncipe de Asturias expresó su alegría por presidir este acto, dada la adhesión de la Famila Real al Olimpismo, recordando la participación de varios de sus miembros en diversos Juegos o de trabajar por el olimpismo. Asimismo, Su Alteza Real subrayó "con orgullo el granímpetu que toda la sociedad española y sus instituciones, siempre contando con el apoyo de la Corona, han demostrado para favorecer la elección de una ciudad española como sede de unos Juegos Olímpicos. En Copenhague no se consiguió para Madrid 2016, pero mereció la pena luchar por ello con entusiasmo oficial y popular y auténtico espíritu olímpico".
Antes de concluir, Don Felipe felicitó a la Academia Olímpica Española, recordando que fue la primera de las nacionales y propició la creación de otras, particularmente en Iberoamérica. El Príncipe elogió "su labor encomiable en la organización de cursos, seminarios y actividades de pedagogía olímpica, -incluyendo la creación de Centros de Estudios Olímpicos en numerosas Universidades españolas. De este modo ha contribuido y lo continúa haciendo de manera muy relevante a imbuir en nuestros jóvenes los necesarios principios de compañerismo, excelencia y sana competencia. Cualidades todas imprescindibles para poder abrirse camino en una sociedad y una economía tan complejas, exigentes y competitivas como las actuales".
Tras la interpretación del "Gaudeamus Igitur", Su Alteza Real visitó una exposición fotográfica conmemorativa del cuadragésimo aniversario de la Academia Olímpica Española y mantuvo un encuentro con los asistentes, con lo que finalizó el acto.