iálogo nació en 1983, con el objetivo de acercar las realidades de los dos países vecinos, mediante la promoción de actividades de índole cultural, científica, informativa y empresarial. Su Majestad el Rey y el Presidente de la República Francesa ostentan su presidencia de honor.
Los fundadores de la Asociación marcaron como prioridad fundamental fomentar el acercamiento entre Francia y España, poniendo el énfasis en los aspectos que nos unen y limando las aristas de los contenciosos estériles. Para ello, sus actividades se articulan en torno a un doble eje: favorecer el conocimiento recíproco, mediante acciones de carácter explicativo en su sentido más amplio, y crear lazos concretos de solidaridad con una perspectiva a largo plazo, mediante el desarrollo de instrumentos bilaterales privados de cooperación.
A su llegada al Palacio Municipal de Congresos de Madrid, Sus Majestades los Reyes fueron recibidos por el presidente del Senado, Javier Rojo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, el embajador de la República Francesa en España, Bruno Delaye, el presidente de Diálogo, José Luis Leal, y el director general de Diálogo, Bernard Soulier.
Tras ser Don Juan Carlos y Doña Sofía saludados por los miembros de la Junta Directiva y del Patronato de Honor de Diálogo, accedieron al salón y ocuparon sus lugares en la mesa presidencial. La periodista Ana Blanco, actuando como maestra de ceremonias, anunció a las intervenciones del presidente de Diálogo, del director general de Diálogo y del embajador de Francia en España, quien dio lectura a un mensaje del Presidente de la República Francesa.
A continuación, el presidente de Diálogo hizo entrega a Su Majestad el Rey de una placa conmemorativa del XXV aniversario de la Asociación, quien pronunció seguidamente unas palabras, en las que expresó su alegría por "ostentar la Presidencia de honor, conjuntamente con mi buen y gran amigo el Presidente de la República Francesa, Señor Nicolas Sarkozy, a quién agradezco enormemente su intensa colaboración y amplia solidaridad, que tan bien refleja su afectuoso mensaje de esta noche".
Don Juan Carlos destacó que la Asociación ?ha ayudado al mejor conocimiento mutuo y a la aproximación de nuestras dos sociedades, contando con la dedicación de muchos políticos, empresarios, intelectuales y científicos. Personalidades que, desde Diálogo, han logrado sensibilizar a numerosos franceses y españoles sobre lo mucho que nos liga, y sobre el potencial de posibilidades que encierra el mayor entendimiento hispano-francés".
Su Majestad recordó que "de algunas suspicacias, malentendidos y falsos temores iniciales por ambas partes, basados en tópicos y en mucho desconocimiento recíproco, pasamos -en pocos años- a una esperanzadora realidad de comprensión y sintonía. Ello explica la complementariedad, armonía, e incluso complicidad, que distingue la relación hispano-francesa. Una relación hoy impregnada, además, de sincera solidaridad. Este cúmulo de características domina el entendimiento entre nuestras autoridades e instituciones, en el plano bilateral y europeo, así como entre nuestras sociedades civiles. Entendimiento que abarca desde el comercio, la industria, la distribución, las finanzas y la innovación tecnológica, hasta la concertación en grandes cuestiones internacionales o regionales, sin olvidar nuestra ejemplar colaboración en la lucha contra el terrorismo".
"Francia y España son hoy dos socios económicos de primerísimo orden, no sólo en términos comerciales y de mutua inversión, sino también en objetivos y proyectos de alcance global y estratégico. Dos países que crecen en un marco de confianza, de saludable interdependencia y beneficio mutuo", subrayó el Rey, aunque manifestó que "podemos y debemos hacer más. Siempre he sido un arduo defensor de la promoción de nuestras relaciones bilaterales, por el bien de nuestros dos países y del conjunto de Europa".
Concluyó Don Juan Carlos expresando, junto con los de la Reina, "los mejores deseos de nuevos éxitos a Diálogo en su labor a favor de la profunda y valiosa amistad hispano-francesa".
Una cena puso el colofón a los actos, a cuyo término Sus Majestades fueron despedidos por las mismas personas que les recibieron a su llegada.