compañaron a la Princesa de Asturias en su recorrido por la muestra la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro; el presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, José Pedro Pérez-Llorca; el vicepresidente y la secretaria general de la Fundación Amigos del Museo del Prado, Óscar Fanjul y Nuria de Miguel, respectivamente; el director del Museo, Miguel Zugaza; el director adjunto de Conservación e Investigación del Museo, Gabriele Finaldi, y el comisario de la exposición, el jefe del Departamento de Dibujos y Estampas, José Manuel Matilla, entre otras personalidades.
La exposición comienza con los ejemplares más antiguos que corresponden a artistas del siglo XVI y que desarrollaron su actividad en Castilla, como Alonso Berruguete. Asimismo, esta primera sección explora la repercusión que tuvo para el dibujo español la participación de artistas extranjeros, principalmente italianos, en la decoración del Monasterio de El Escorial. Tal es el caso de Pellegrino Tibaldi, del que se incluye uno de los dibujos con arquitectura más sobresalientes del siglo XVI, el Estudio para la decoración de la Biblioteca del Escorial.
Continúa con la obra de algunos de los pintores más importantes del siglo XVII que trabajaban en distintas regiones del país, las cuales actuaban como ‘centros’ artísticos independientes. Así, Vicente Carducho, Alonso Cano y Francisco Rizi lo hacían en Madrid; Francisco Pacheco, Murillo y Zurbarán, en Sevilla; Juan Ribalta en Valencia o José de Ribera, en Nápoles. Todos ellos fueron representantes del florecimiento del dibujo durante el Siglo de Oro y produjeron ejemplos excepcionales como El enano Miguelito de Rizi, San Miguel Arcángel de Murillo, Curación milagrosa de un santo atribuido a Ribalta o Ticio (o Prometeo) de Ribera.
Al llegar al siglo XVIII, la exposición incluye obras clave de Luis Paret como Baile de máscaras en el Teatro del Príncipe; de José Camarón, Mujer oriental bajo un toldo; y otros maestros del periodo, que demostraron el considerable aumento del uso del dibujo en respuesta a las tendencias e influencias internacionales.
La muestra finaliza con la obra de Francisco de Goya, que cambiaría para siempre el panorama del arte español al ayudar a convertir España en una fuerza artística dominante. A través de sus dibujos exploró lo fantástico, las creencias y las conductas humanas. Ocho dibujos del maestro aragonés –correspondientes a toda su carrera y nunca vistos en conjunto en España-, entre ellos el magnífico Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, ponen de manifiesto la incomparable versatilidad de sus recursos gráficos y la variedad de los temas que captaron su atención.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 16 de junio, ha sido organizada por el Museo del Prado y el British Museum, con el patrocinio de los Amigos del Museo del Prado.
Una vez finalizado su recorrido por la muestra, Doña Letizia realizó una breve visita a la exposición "Juan Fernández el Labrador. Naturalezas muertas".