Hoy la Princesa y yo volvemos a Granada; y es algo que sinceramente nos alegra. Nos trae también muchos recuerdos: unos lejanos; otros no tanto, como cuando compartimos con muchos de los presentes aquella 1ª edición de este premio de Poesía, el “Federico García Lorca”, que recibió nuestro admirado Ángel González, asturiano y un poco mexicano también.
Pero mucho más reciente, fue la ocasión en la que en familia recorrimos el Albaicín y visitamos la Alhambra; ahora más bella aún tras la magnífica restauración del patio de los Leones. Disfrutamos de vuestra hospitalidad, sentimos la magia de este lugar y nos adentramos nuevamente en su apasionante historia que aquí, de tan presente, casi se respira entre sus muros, patios y jardines. Como a todo visitante desde hace siglos, volvió a dejarnos huella la belleza urbana y natural de esta querida tierra, sus olores y sabores, su música y energía; y, sobre todo, nos quedó también la emoción de compartirla con nuestras hijas por primera vez.
Así es que gracias por el afecto que nos demostrasteis y gracias por acogernos nuevamente y ofrecernos entregar, ahora en su Xª Edición, el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada “Federico García Lorca”. Ha pasado casi una década y, desde entonces, este galardón se ha consolidado en su reconocimiento de la mejor obra poética en el Mundo Hispánico; aquélla que contribuye a enriquecer aún más el inmenso patrimonio que representa la literatura en español.
Entre los autores y creadores que han recibido esta distinción se encuentran poetas de gran altura y renombre. Pero hoy deseo recordar especialmente, con todo nuestro sentimiento, a José Emilio Pacheco, fallecido tan solo hace unos días. Magistral escritor, Premio Cervantes también, que, como el premiado en esta edición, Don Eduardo Lizalde, nos regaló su obra con el bello acento de su patria mexicana. Y a Don Eduardo, aquí presente entre nosotros, le manifestamos desde este mismo momento nuestra admiración y nuestra enhorabuena llena de sincero afecto.
En este X aniversario del Federico García Lorca debemos felicitar también a la ciudad de Granada y a quienes han impulsado este premio que contribuye a afirmar la idea y la realidad de la Comunidad Iberoamericana a partir de una de sus más profundas dimensiones culturales y creativas: la poesía. A nadie extraña que desde esta tierra andaluza —rica y diversa en su historia y su identidad—, se haya tomado como referencia o como “espacio literario” el constituido por tantas naciones de lengua española que, al mismo tiempo, conforman el ámbito iberoamericano con diferentes idiomas y culturas.
"...Disfrutamos de vuestra hospitalidad, sentimos la magia de este lugar y nos adentramos nuevamente en su apasionante historia que aquí, de tan presente, casi se respira entre sus muros, patios y jardines. Como a todo visitante desde hace siglos, volvió a dejarnos huella la belleza urbana y natural de esta querida tierra, sus olores y sabores, su música y energía; y, sobre todo, nos quedó también la emoción de compartirla con nuestras hijas por primera vez...."
Porque Iberoamérica —como lo son Granada, Andalucía y el conjunto de España— es igualmente rica y diversa. Si hoy reconocemos que más de 500 años de Historia ligan a los pueblos de la Comunidad Iberoamericana, aquí, en este extraordinario rincón de España, hemos conmemorado el Milenio del antiguo Reino de Granada. Esta misma tarde hemos visitado la excelente exposición “Arte y Cultura en Al-Ándalus. El poder de la Alhambra”, que nos ha evocado esa Historia que ha dado tanto a nuestra identidad, a nuestra cultura y es permanentemente fuente de inspiración creativa y también de admiración mundial.
El Premio que Don Eduardo Lizalde ha recibido hoy toma el nombre de uno de los más grandes poetas en español, Federico García Lorca. Un poeta enraizado en su patria, en su sociedad más profunda, que proyectó su arte y sensibilidad al continente hermano americano, de cuya cultura también se nutrió intensamente.
Hoy es el mundo literario que se expresa en español el que se nutre de la creatividad de Lizalde, autor al que le ligan diferentes aspectos con el poeta granadino. No solo el gran bagaje cultural y lingüístico; también el profundo conocimiento musical que resulta decisivo a la hora de plasmar un ritmo, una cadencia y una belleza sonora que únicamente corresponde a las grandes figuras de la poesía.
La trayectoria de Lizalde evidencia la amplitud de registros de un escritor que ha sabido sumergirse en territorios tan diversos como el relato, el ensayo, los artículos periodísticos, la poesía y la novela. En él se diluyen las fronteras entre lo clásico y lo coloquial. De ahí que sea considerado por muchos un poeta heterodoxo. Dispone, asimismo, de un abanico temático y de un repertorio estilístico realmente amplios, y se ha convertido ya en una referencia de la poesía mexicana.
Señoras y Señores,
Se ha dicho mucho y más se podrá decir del Premiado, en el que encontramos una perfecta conjunción entre sabiduría y potencia lírica, entre el sentir y el declamar, entre el alma y su sustento: la palabra. Pero, hoy aquí, lo que realmente queremos es celebrar y reconocer su creatividad y su talento, su aptitud y su actitud para compartir con todos nosotros —con todos sus lectores y con quienes formamos parte del Territorio de La Mancha, que decía Carlos Fuentes— la belleza, la inteligencia y la intensidad de su obra.
De nuevo, enhorabuena y muchas gracias.