S
eñor Prefecto,
Hemos vivido la Reina y yo con emoción profunda esta jornada en Sucre.
Nos llevamos en nuestro corazón el afecto y el calor de sus habitantes y hemos vuelto a ver la belleza de sus blancas calles, que tanto recuerdan a España y son muestra viviente de los vínculos permanentes que nos unen.
Al agradecer de nuevo, Señor Prefecto, esta acogida y sus afectuosas palabras, quiero dejar aquí nuestro testimonio de reconocimiento y de aprecio a este pueblo admirable que tan celosamente supo luchar por la libertad, cuando Bolivia estuvo preparada para emanciparse, y que constituye actualmente el bastión que garantiza su preservación y consolidación.
Permítanme invitarles a brindar por Sucre, por el bienestar de todos los chuquisaqueños y por la ventura personal del Señor Prefecto y de la Sra. de Arana.
Muchas gracias.