C
omo castellano viejo aunque haya nacido en Roma- me siento muy a gusto hoy aquí, con esta Cofradía del Garbanzo de Plata que para mi habéis convertido en el de Oro, ante un cocidito madrileño y compartiendo con vosotros mesa, mantel y diálogo.
Madrid a través de vuestra asociación, en esta tertulia amplia y plural, conserva y vitaliza su tradición, nunca desmentida, de crisol de la convivencia hispana.
Hemos de reconocer que los garbanzos, vienen a ser los personajes clásicos y populares de nuestra subsistencia. Bien quisiera yo, y por ello pido a Dios y a España apoyo, saber ganarme, como Rey de todos los españoles, los garbanzos de la historia que me correspondan.En una Europa y un mundo que viven especiales circunstancias de compromiso con la paz y el progreso en armonía, después de un dramático conflicto, seamos nosotros, el pueblo español, hospitalarios y lúcidos, ejemplo de fraternidad.
Hemos aprendido, a lo largo de los siglos, a compartir el pan y la sal con otros pueblos, sacando de ello los mejores frutos de la convivencia civilizada.
No quisiera ser exagerado, pero sí respetuoso con la literatura y el arte gastronómico hispanos, si digo aquí, en este sabroso y castizo almuerzo, que a golpes de garbanzos hemos descubierto el nuevo mundo y asentado principios universales de entendimiento.Dentro de poco, Madrid será proclamada la capital europea de la cultura y nuestro cocido madrileño constituye una seducción costumbrista de singular significación.
El pueblo de Madrid, sentará a su mesa con esta gastronomía cervantina, que intuyó sueños y utopías, a los personajes más relevantes del mundo entero. El buen cocido, como el que nos ha bendecido el día de hoy, estimulará, a buen seguro la alegría de sentirnos juntos, en una gran familia integradora.
En verdad, me habéis brindado la oportunidad de tener el corazón y el estómago agradecidos. Este Garbanzo de Oro, que me entregáis con un afecto que me conmueve, tiene el valor del pueblo. De nuestro pueblo. De la España que nunca renuncia a compartir su ternura y su alegría de vivir.
Muchas gracias.